30 Απριλίου 2008

ΑΓΙΟΙ ΣΕΡΓΙΟΣ ΚΑΙ ΒΑΚΧΟΣ

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San Sergio y san Baco o Bacchus (?-297). Sergius era comandante de la escuela de reclutas de Arabissus (cerca de Comana en Capadocia, frontera siria con Turquía) y Bacchus era su oficial subalterno y amante. No estuvieron presentes cuando el emperador Maximiano estaba haciendo un sacrificio a Júpiter, por lo que fueron ignominiosamente desnudados y vestidos con ropa de mujer y exhibidos por las calles del pueblo. Fueron azotados hasta que Baco murió (1/10/297). Sergio fue llevado a Resapha (Siria) donde le hicieron caminar con clavos en los zapatos. Después fue decapitado (7/10/297). Sergio fue nombrado patrono de Siria. En la Edad Media ambos eran invocados en las ceremonias de adelfopoiia para bendecir parejas del mismo sexo.
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“Mientras tanto, el bendito Sergio, profundamente deprimido y con el corazón enfermo por la pérdida de Baco, lloraba y gritaba ‘Ya no cantaremos juntos, hermano y camarada soldado ¡Mirad qué bueno y agradable es habitar juntos los hermanos en unidad! Te han desunido de mí, te has ido al cielo y me has dejado solo en la tierra, ahora sin compañía y sin consuelo’.
Después de haber dicho esto, esa misma noche el bendito Baco se le apareció, con el rostro radiante como el de un ángel, luciendo uniforme de oficial, y le habló: ‘¿Por qué te lamentas y gimes, hermano? Si es cierto que me han separado de ti en cuerpo, sigo estando contigo en vínculo de unión, cantando y recitando Cumpliré presuroso tus mandamientos, aquellos que me ensancharon el corazón. Date prisa, tú, hermano, a través de la hermosa y perfecta confesión a seguirme y conseguirme, una vez acabada tu carrera. Pues para mí la corona de la justicia es estar contigo’."
La Pasión de San Sergio y San Baco (s. VI). En griego y sirio. Original (s. IV) en Griego (perdido)
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27 Απριλίου 2008

ΣΤΙΣ ΕΚΚΛΗΣΙΕΣ ΤΩΝ ΕΛΛΗΝΩΝ

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En la Iglesia

Amo la iglesia - sus hexaptérigas,
la plata de sus vasos sagrados, sus candelabros,
las luces, su iconos, el púlpito.
Cuando entro en la iglesia de los griegos:
con la fragancia de su incienso,
con las voces y músicas litúrgicas,
la majestuosa presencia de los sacerdotes
y el ritmo grave de cada uno de sus movimientos
-resplandecientes en los ornamentos de las vestiduras-
mi pensamiento va a los grandes honores de nuestra raza,
a nuestra gloriosa Bizantinidad.

Constantinos Cavafis / Grecia

20 Απριλίου 2008

ΕΡΩΤΑΣ - ΑΚΑΤΑΛΛΗΛΟΣ ΓΙΑ ΤΡΥΦΕΡΟΤΗΤΑ

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Quiero lamer tus manos, quiero lamer tus pies.
El amor gana en la entrega.

No sé que es para tí hacer el amor;
no es sólo una humedad en los labios,
ni un plantío de abrazos en las axilas,
una confusión de quejidos,
una consolación de espasmos.

Es por sobre todo, la confirmación de nuestra soledad
cuando tratamos de echar raíces en un cuerpo muy difícil de habitar.
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***
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Eres el primero que me ofrece amor
tu proposición me hunde en la confusión
no estoy hecho para tanta ternura
hasta ahora iba golpeándome la cabeza contra la pared
me había acostumbrado a mendigar migajas
llámalo masoquismo, llámalo como quieras
no estoy hecho para tanta ternura.
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Dinos Christianopoulos /Grecia

15 Απριλίου 2008

ΦΙΛΑ ΜΕ!

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Bajaré al sótano de la cervecería
miraré a los ratones a los ojos
ellos me mirarán también sin moverse
dejé las llaves sobre la silla
nunca sé qué hora es
nunca sé dónde estoy
quién soy.
¿Igual que tú?
Bésame.
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Yannis Ritsos/ Grecia

10 Απριλίου 2008

ΣΑΒΒΑΤΟΒΡΑΔΑ

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Nikos Markou
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Sábados en la noche

Algo oprime mi pecho
que desea con vehemencia liberarse.
Cuando llega la noche
le dejo salir y va a encontrarse en las tinieblas,
y en las tabernas y garitos, con bonachones dulces mozos,
y con hombres….
Y a opacos jóvenes se entrega,
a los jóvenes lentos que desde el anochecer
hasta avanzada el alba andan solitarios,
y cantan y se divierten, borrachos en las calles,
con el corazón lleno de deseos….
con desesperadas canciones
de otro mundo llenas de pasión,
hasta apagarse extraño y manso el fondo….

Y cuando dan vuelta y se pierden
uno diría que su corazón se rompe,
mientras lloran y lloran sus anhelos
— y se van…
y escuchándolos divertirse en plena noche, lánguidos,
mis propios deseos corren en lo indecible,
y mi alma se llena de almas viejas,
antiguas, pálidas, muy tristes,
conocidas, que salen de las tumbas,
del más allá…

Languer d´amour

¡Oh, besar tus labios,
tus purpúreos labios,
con tanta pasión y deseo,
hasta hacerlos sangrar!
¡Hacer sangrar tus labios!
Tejer mis manos alrededor de tu cuerpo
y en la profundidad oscurísima,
atraerte hacia mí en esas tinieblas…
Y tú, quejándote:
«¡Oh, mis labios no,
oh, no los hagas sangrar y sufrir,
qué te han hecho
basta, basta mi amor, ya no más!»

Y que pasen las noches,
los amaneceres, los años
y yo diciéndote:
«Todavía, mi amor,
no te gocé lo suficiente… todavía!»

Napoleón Lapathiotis / Grecia
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Napoleón Lapathiotis (Atenas, 1888-1944) escribió poemas desde que era niño y fue director de la revista Igiso, donde publicó buena parte de su obra. En 1909 se recibió de abogado de la Universidad de Atenas, pero vivió los años postreros en la pobreza y la drogadicción. Homosexual, de finos modales y gustos, vivía de noche, deambulando en la calle Stadíu con una rosa roja en el ojal y luego descendía a los bajos fondos en busca de amantes y pasiones. Publicó sólo un libro, Los poemas, de 1939. Fue un amante de los felinos, que vivían con él en la casa paterna del barrio bohemio Exarjia, donde se suicidó durante la Segunda Guerra Mundial. Sus poemas han sido traducidos por el poeta cefalonio Rigas Kappatos.
www.arquitrave.com

5 Απριλίου 2008

ΣΥΓΧΡΟΝΗ ΕΛΛΗΝΙΚΗ ΓΚΕΪ ΛΟΓΟΤΕΧΝΙΑ

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SOBRE LA LITERATURA GAY GRIEGA MODERNA
Aunque diferentes tipos de represiones han arrumbado la homosexualidad a lo invisible en la sociedad griega contemporánea, han existido varios poetas y escritores griegos que han tratado la homosexualidad en sus obras.
La Grecia Clásica ha sido considerada tradicionalmente como un campo fértil del cual la cultura homosexual occidental se ha nutrido. La Grecia moderna sin embargo, parece bastante reticente a aceptar la homosexualidad como un aspecto principal de su cultura.
Uno puede asumir que esto fue propiciado por la dominación extranjera, la imposición de un estado militar, seguido como gobiernos socialistas menos liberales, apoyados por el foco mediterráneo de la familia unitaria clásica como modelo social, próxima a la ortodoxia cristiana, mas la tendencia al machismo, han contribuido a volver oculta la homosexualidad en la Grecia contemporánea.
Esto no quiere decir que la homosexualidad esté ausenta en la Grecia actual. Se necesita solamente viajar a Mykonos durante los meses estivales para constatar presencia gay, y mujeres occidentales peregrinan hacia Mytilene en busca de las hermanas de Safo.
No es cierto que la homosexualidad nunca aparece en la literatura griega contemporánea. En efecto, uno de los mayores poetas modernos, Constantino Kavafis, incluye la homosexualidad como elemento fundamental de su obra poιtica.
C. P. Kavafis
Grecia es un país de poetas, y Constantino Petrus Kavafis (1863-1933) ha sido llamado, por el historiador literario C. A. Trypanis, "el más original de todos los poetas griegos modernos".
Un solitario y tímido hombre cuya poesía nunca llego a publicarse o comercializarse mientras vivió, Kavafis pasó gran parte de su vida en la comunidad griega de Alejandría, empleado como un pequeño burócrata.
La mayoría de los temas de la obra de Kavafis son filosofía, historia y hedonismo, además de desilusionados, irónicamente humana aproximación distanciada del cristianismo, el patriotismo y la heterosexualidad. E. M. Forster le describe brillantemente como un poeta en "el ángulo suave del universo" y con la peculiar perspectiva resultado de su homosexualidad. Kavafis vive en un tiempo previo a la liberación: el mismo miraba su sexualidad, por la parte positiva como una responsabilidad y por la parte negativa como una perversión.
El poema "Muros" expresa perfectamente el sentimiento de soledad de Kavafis. Sociedad "sin rastros de culpabilidad" que construye grandes, altos muros alrededor del poeta que "no puede hacer nada, mi cerebro sumergido por el destino" "encerrado por todo el mundo alrededor"
En "La ventana" cuyo título evoca irónicamente símbolos tradicionales de libertad y verdad, el poeta esta viviendo en "habitaciones oscuras", temeroso de exponerse a la luz que podrνa traerle "otra forma de tiranía".
"La ciudad" describe la futilidad de intentar escapar del pasado cambiando geográficamente de entorno.
Aunque Kavafis vivió atormentado por su particular sexualidad, no había manera en que pudiera aplastar sus deseos naturales. En "He Vows" el personaje, tras una noche de libertinaje, resuelve "llevar una vida mejor" pero cuando regresa la noche, "totalmente indefenso, regresa nuevamente".
Kavafis estaba enamorado de los jóvenes cuerpos masculinos en la flor de su juventud. Escribió muchos poemas a ficticios, contemporáneos y personajes históricos, destacando sus atributos deseados: "ojos azules", "miembros exquisitos" y "dulces labios".
En "Un hombre viejo" Kavafis describe un anciano, solitario en una taberna, arrepentido de los "impulsos que reprimió" durante su vida, y de los "placeres que sacrificó". "Burlándose de todas las oportunidades que perdió". El artista solo puede borrar el dolor del tiempo pasado, cuando los poemas del anciano sean leídos por jóvenes "efebos" que se sientan afectados por su "representación de lo hermoso".
Dinos Christianopoulos
Dinos Christianopoulos (nacido Costandinos Dhimitriou en 1931) encontró su voz lírica a través de Kavafis. Como su mentor, Christianopoulos pasó la mayor parte de su vida en las proximidades de su nativa Tesalónica, viajando solamente cuando era absolutamente necesario y únicamente por pequeños períodos.
Christianopoulos tomó a Kavafis como modelos para la expresión poética de su homosexualidad, a menudo imitando a los poetas antiguos en la utilización de escenas históricas y personajes para rescatar ideas y sensaciones contemporáneas, logrando hacer universales las emociones expresadas.
Como la obra de Kavafis, el trabajo de Christianopoulos carece de referencia a la política y sociedad contemporáneas. El joven poeta, sin embargo, como ejemplifica en su poeta "La escisión" expresa culpabilidad por su "indiferencia sobre asuntos políticos". El poema documenta el asesinato de Gregory Lambrakis (1963).
En toda su Grecia contemporánea, los hombres estaban "uniéndose para mostrar sus ideales", mientras que Christianopoulos todavía pretendνa "salir corriendo para hacer el amor en las praderas". El poeta está angustiado por su indiferencia, su incapacidad para participar en causas sociales, las que "me perturban / como una escisión imperceptible que no puede salir"
La culpabilidad concerniente a las preferencias sexuales esta presente en el trabajo de ambos poetas. A diferencia de Kavafis, la culpabilidad de Christianopoulos esta magnificada en sus obras tempranas por sus sentimientos religiosos, y posteriormente por el dolor que su estilo de vida genera en las personas que ama.
"Remordimiento" es una tierna confesión de la caída continua del poeta en el libertinaje nocturno, personalmente angustiado por "el rostro de mi madre / cuando regreso tarde en la noche y la encuentro / esperαndome con un libro en sus manos / silente, insomne, ..".
El poemario "Small Poems" (1975) de Christianopoulos desnuda su poesía en la esencia básica, removiendo toda la ornamentación, extensas descripciones, puntuaciones y mayúsculas, mostrando unas imágenes breves y epigramáticas que surgen y saltan al blanco de las paginas, como núcleos concentrados de ideas que atraviesan la mente del lector. Estos poemas son sorprendentes, a veces brutales, a veces con la conciencia tranquila, esbozando la vida onerosa de un hombre hay en la Grecia contemporánea suya.
Estos poemas estαn energizados por el aislamiento, la represión, negación y la fantasía de la búsqueda. El poeta avisa a sus lectores, "no desabotonen su solapa / el poema caerá en pedazos".
Costas Taktsis
Costas Taktsis (nacido en 1927) es uno de los pocos escritores que incorporan la homosexualidad en su prosa. Su novela "La tercera boda" describe la dura realidad de la vida de las clases bajas griegas, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. La prosa nada romántica de Taktsis, escrita un un lenguaje coloquial, es reminiscente del naturalismo de Zola y del realismo de Verga.
La historia está contada a través de los ojos de dos mujeres, Nina y Hecuba. Cuando sus narraciones se despliegan, el lector rápidamente asume que estas muchachas pueden sobrevivir la pobreza, el hambre, los prejuicios provincianos, los contrastes culturales y la ocupación extranjera, solamente mediante engaños, trampas, sarcasmo y heroísmo, lo que es relatado algunas veces con brutalidad y otras con hilaridad.
Los cuentos de Nina incorporan una serie de episodios homosexuales. Su primer amor, Argiris, la rechaza cuando se reconoce homosexual. Su hermano, Dino, padece "tendencias anormales", que descubre una mañana cuando le encuentra retozando en el vestíbulo con su esposo Fotis, un marino mercante.
Entonces ella exclama, "¿que tipo de agujero satisface a estas bestias?". La homosexualidad nunca es descrita bajo una luz positiva, pero aparece persistentemente, a pesar de las adversas restricciones culturales, atestiguando su ubicuidad social.
(www.islaternura.com)

31 Μαρτίου 2008

ΣΤΑ 1895

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Pericles Anastasiades, el año de 1895

Vagos, son ya, los rostros de su rostro
vaga, también, la forma de sus manos
lejos, está, su aliento de mi boca
su pequeña estatura
sus quince años
Sólo un ayer ocupa mi memoria
nuestro pequeño amor
nuestro pequeño mes
hace diez lunas

De repente
en la alta noche
tus ojos, de púrpura vestidos,
tus labios
labios de un amor apresurado
tus largos brazos
brazos de inolvidable carnadura
aparecen
!Cuanto he perdido buen Dios
Cuanto he perdido¡
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Harold Alvarado Tenorio / Colombia

26 Μαρτίου 2008

ΒΑΓΓΕΛΗΣ ΚΥΡΗΣ

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Vangelis Kyris
(fotógrafo griego)

+información: Vangelis Kyris

21 Μαρτίου 2008

ΑΝΟΙΞΗ

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Marzo
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Abril
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Mayo
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Yannis Tsarouchis
(pintor griego)

17 Μαρτίου 2008

ΣΥΜΒΟΛΑΙΟ ΣΥΜΒΙΩΣΗΣ ΜΟΝΟ ΓΙΑ ΚΑΠΟΙΟΥΣ; ΟΧΙ, ΕΥΧΑΡΙΣΤΩ

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¿LEY DE PAREJAS DE HECHO SÓLO PARA ALGUNOS? NO, GRACIAS
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En Grecia, los gays, las lesbianas y los transexuales ya saben qué significa discriminación. La padecen todos los días en su entorno familiar, en su vida social y en el campo profesional.
Pero, a veces, una gota colma el vaso.
Según informes de prensa, el gobierno griego se está preparando para introducir una ley de parejas de hecho EXCLUSIVAMENTE para las parejas heterosexuales. No creemos que un simple “contrato" pueda resolver por sí solo todos los problemas de las parejas del mismo sexo ni asegurar de verdad un tratamiento igualitario ante la ley. Sin embargo, consideramos que esta propuesta es una violación obvia tanto de la Constitución griega, como de los tratados europeos sobre los derechos humanos. Especialmente, si tenemos en cuenta que las parejas del mismo sexo gozan ya de derechos legales en 18 países europeos.
Esta iniciativa tiene por objetivo informar a las instituciones europeas, las organizaciones de los derechos humanos, los web sites y los weblogs extranjeros de esta exclusión discriminatoria. Demandamos derechos iguales para todos nosotros. Nada más y nada menos.
Esta vez no nos vamos a sentar con las manos cruzadas. Esta vez no nos vamos a mantener callados.

BLOGUEROS GRIEGOS CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

16 Μαρτίου 2008

ΕΚΣΤΡΑΤΕΙΑ ΓΙΑ ΤΟΝ ΓΑΜΟ ΟΜΟΦΥΛΩΝ

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Campaña por el matrimonio gay
DosManzanas.com, 13-3-2008
Una pareja de lesbianas intentará casarse la próxima semana para iniciar así una cruzada en pos de que se legalice el matrimonio también para personas del mismo sexo.
La Unión Griega de Gays y Lesbianas OLKE (por sus siglas en griego) anunció el miércoles que, por primera vez, ha pedido oficialmente al ministro de Justicia del país, Sotiris Hatzigakis, que el país apruebe el matrimonio homosexual y la adopción homoparental.
Esta campaña del colectivo LGBT llega en pleno debate sobre una ley de parejas de hecho, que en un principio estaría sólo reservada a las parejas heterosexuales.
Como reacción a esta exclusión, los activistas LGBT del país se han lanzado a solicitar abiertamente el matrimonio para personas del mismo sexo.
Dos lesbianas intentarán la próxima semana que se les permita casarse, alegando que la ley no menciona de forma expresa que el matrimonio tenga que ser entre un hombre y una mujer.
Según OLKE, el enlace tendrá lugar en Kessariani, un barrio de Atenas en el que el edil pertenece a un partido de la izquierda.

ΟΙ ΔΕΛΦΟΙ ΤΟΥ PABLO GARCÍA BAENA

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Miguel Angel Campano: Paisaje de Delfos

Delfos
(...)
¿Qué esperas del oráculo, Pablo García Baena,
si tu vida es recuerdo, tapiado columbario
donde un cadáver se deshace
celosamente embalsamado por ti de algalias olorosas
y están tus pasos numerados como un libro
que dudoso repasas a la lámpara
y donde sólo falta el colofón
y las exequias en final viñeta?
¿Qué intentas que te diga esa velada Pitia,
esa obstinada esperanza furiosa
que se remueve como alimaña entre el heno segado,
si para ti ya ha muerto el amor y los días
son naipes que abandonas de un juego ya perdido?
¿Qué haces en la noche de Delfos,
junto al abismo que arañan los olivos,
con el lejano pavés del mar sagrado
centelleante a la indecisa luna
y el canto de los alemanes de un tour
profanando la calma augusta de las piedras?
Si ya el aviso de la anocheciente corneja
sonó lóbrego
y Apolo huyó de ti llevándose la luz,
¿no será ésta la noche del balance,
noche de la balanza donde arrojes tus días,
los mortales obsequios oferentes,
solitario, pobre, triste, casi cincuenta años,
tímido, huraño, callado y sonriente
Pablo García Baena?
Despójate del íntimo pingajo,
del último jirón, tiernos harapos
enmadreciendo heridas, zarpas, gritos,
y avanza solo en noche hacia el enigma,
desnudo hacia la voz, al desolado
carril de tu destino. Miente, habla,
silente trípode.
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Pablo García Baena / España

11 Μαρτίου 2008

Η ΕΛΛΑΔΑ ΤΟΥ GREGORIO PRIETO MUÑOZ

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Las Cariátides
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Los molinos
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Marinero griego
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Molino de Santorín, Grecia
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Mujeres griegas
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Mediterráneo. Ruinas clásicas
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Gregorio Prieto Muñoz (1897 – 1992), pintor español oriundo de La Mancha, perteneciente a la Generación de 27.
Hasta finales de los años veinte su temática se reduce al paisaje, a la naturaleza muerta y al retrato, tratados de una forma cercana al impresionismo. Su relación con la literatura y especialmente con la Generación del 27 lo marcarán profundamente. En 1928 consigue una beca para la Academia Española de Bellas Artes de Roma, donde permanece hasta 1932. Es ahora cuando crea sus mejores obras pictóricas: Serie de los maniquíes y cuadros greco-romanos. En la primera, se traduce la influencia de Giorgio de Chirico. Escenas de maniquíes andróginos entrelazados que traslucen una sexualidad reprimida. Al igual que, en la segunda, marineros y personajes romanos pueblan ruinas clásicas en una actitud ambigua. Se trata la temática homosexual de una forma hasta entonces inédita en la pintura española.
No obstante, este atrevimiento se encubre a través de una poetización hedonista. También en Roma, junto con Eduardo Chicharro, hijo, y en contacto con el cineasta Carl Dreyer, realiza una serie de imágenes fotográficas en las que el pintor adopta roles de masculinidad. Estas fotografías constituyen un ejercicio de narcisismo que será una de las constantes de su obra.
En 1936, el inicio de la guerra civil española y, en concreto, el asesinato de Federico García Lorca, deciden su exilio voluntario en Londres. Allí vivirá durante varios años con Luis Cernuda. En esta época inglesa se centra en el dibujo, llegando a ser maestro de la línea.Regresa a Madrid en 1947, pero su miedo y su inmersión en la raquítica vida cultural del momento anulan al creador vanguardista; espíritu que únicamente vuelve a aflorar en sus contactos con el postismo y en una serie de fotomontajes y collages de finales de los sesenta. Tras su vuelta, Gregorio Prieto se establece como un retratista de la clase alta y un pintor de paisajes y molinos.
(http://www.elpais.com)
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+información: Filohelenismo

6 Μαρτίου 2008

ΣΑΠΦΩ 3

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Se han ocultado ya
las Pléyades, la Luna: mediada está la noche,
la hora propicia escapa,
yo duermo sola.
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***
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...siento deseo y busco con ardor...
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***
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Me estás abrasando
.
***
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Para las bellas
- para vosotras –
mi pensamiento
nunca es mudable
.
***
.
Sobre un blando almohadón
te acomodaré los miembros
.
***
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Eros ha sacudido mis entrañas
como un viento abatiéndose en el monte
sobre las encinas
.
***
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Llegaste, hiciste bien - te buscaba con ansia –
refrescaste mi pecho que ardía de deseo
.
***
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Me enamoré de ti, un día lejano Atis.
Me parecías niña desgarbada y menuda
.
***
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- Mnasidicia, más bella por tus formas
que la tierna Girino...
.
***
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...durmiendo entre los pechos
de una tierna amiga
.
***
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Eran Niobe y Leto muy íntimas amigas
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Safo
(Trad.: Aurora Luque)

1 Μαρτίου 2008

ΣΑΠΦΩ 2

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Efectos de amor
(Fragmento 31)
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Igual parece a los eternos dioses
quien logra verse frente a ti sentado:
Feliz si goza tu palabra suave,
suave tu risa
A mi en el pecho el corazon se oprime
solo en mirarte: ni la voz acierta
De mi garganta a prorumpir; y rota
calla la lengua
Fuego sutil dentro mi cuerpo todo
presto discurre:los inciertos ojos
vagan sin rumbo, los oidos hacen
ronco zumbido
Cubrome toda de sudor helado:
palida quedo cual marchita hierba
y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte
Parezco muerta.
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Safo
(Trad.: Marcelino Menendez Pelayo)

25 Φεβρουαρίου 2008

ΣΑΠΦΩ 1

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Safo fue una poetisa griega nacida en el año 600 a.C. en la isla de Lesbos, probablemente en Mitilene. Platón se refirió a ella como "la décima musa". Se dice que era de familia noble, que tenía tres hermanos y que estuvo casada con un hombre rico que le dio una hija llamada Cleis.
A partir de los fragmentos que se conservan de sus poemas se sabe que Safo rendía culto a la diosa Afrodita enseñando poesía, música y otras artes a un grupo de mujeres jóvenes por las que, según el poeta Anacreonte, sentía atracción sexual. De esa supuesta relación con las chicas de su internado proceden los términos safismo y lesbianismo para referirse a la homosexualidad femenina.
La obra más famosa de Safo es la Oda a Afrodita. Su poesía se caracteriza por su perfección, intimismo y sentimiento. Safo inventó el verso de tres endecasílabos y un adónico final de cinco silábas conocido hoy en día como oda sáfica. Casi toda su poesía está dedicada a muchachas, y alguna a sus hermanos. Tocaba la lira mientras recitaba. La influencia de Safo se extendió entre muchos escritores griegos, especialmente en Teócrito, Ovidio y Catulo. Entre las obras de Safo se encuentran nueve libros de odas, himnos, elegías y canciones nupciales, cuya conservación es muy fragmentaria.
Safo partió de la isla de Lesbos hacia Sicilia por motivos políticos desconocidos. Murió al arrojarse por un acantilado, no se sabe si por el despecho amoroso de un hombre o de una mujer. Después de su muerte se acuñaron monedas con su imagen y los atenienses le erigieron una estatua. En el año 1703, la Iglesia Católica ordenó quemar todas las copias de los poemas de Safo de los que sólo se lograron recuperar un tercio. Sin duda Safo marcó un hito en la historia del lesbianismo.
( www.lesbianas.tv )

15 Φεβρουαρίου 2008

ΚΑΤΑ ΤΟΝ ΠΡΩΤΑΓΟΡΑ

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Según Protágoras
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Tres tipos de hombres acuden a los Juegos Olimpicos.
Los primeros vienen a competir:
son los atletas.
Los segundos vienen a comerciar:
son negociantes.
Pero los mejores
segun Protagoras
son aquellos que vienen
tan solo a contemplar.

Juan Antonio González Iglesias / España

5 Φεβρουαρίου 2008

Ο ΚΑΘΡΕΠΤΗΣ ΣΤΗΝ ΕΙΣΟΔΟ

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Stathis Orphanos

EL ESPEJO EN LA ENTRADA
La rica mansión tenía en la entrada
un espejo enorme, muy antiguo,
comprado a lo menos ochenta años antes.
Un hermosísimo joven, empleado donde un sastre
(los domingos, atleta aficionado),
estaba allí con un paquete. Lo entregó
a alguien de la casa, y éste lo llevó adentro
para traer el recibo. El empleado del sastre
se quedó solo, esperando.
Se acercó al espejo y se miraba
y se arreglaba la corbata. A los cinco minutos
le trajeron el recibo. Lo tomó y se fue.
Pero el viejo espejo que había visto tanto y tanto,
durante sus muchos años de existencia,
miles de cosas y de rostros,
pero el viejo espejo ahora se alegraba
y se sentía ufano de haber recibido sobre sí
la perfecta belleza por algunos instantes.

Constantino Cavafis
(trad.: Miguel Castillo Didier)

31 Ιανουαρίου 2008

Ο RAFAEL PÉREZ ESTRADA ΓΙΑ ΤΟΝ ΚΑΒΑΦΗ

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A PETICION DEL PATRIARCA,
POR CORTESIA, RECIBE LAS SAGRADAS
ESPECIES, DIAS ANTES DE MORIR,
EL POETA ALEJANDRINO CONSTANTINO CAVAFIS

Elegidos cursores traen, insistentes, confortables palabras
o amenazantes gestos. Tratan en un lenguaje (que ajeno
os es en mucho) de cuantas satisfacciones debéis en favor
de vuestro propio nombre. Dicen que obligado estáis por bien
de la conciliación a suplicar (y nada habéis pedido) Gracias
Sacramentales. Esto es: el perdón que se os da renuncia es a la dicha
que la memoria alcanza, rescatando hallazgos que fueran
en tardes por tabernas, iniciales mañanas y adolescentes lechos.
Sus discursos distraen la luz de vuestra propia obra:
poemas terrenales donde habita el memorial vivido.
Acuciantes en su osadía, por patriarcales sellos, se os ordena
distinguir las virtudes, la norma, lo moral y negar lo perverso.
No es difícil aceptar, sólo por cortesía, a quienes os asedian.
Y cuando se comprende la razón: rechazo de vuestro haber vital,
con un gesto elegante o la frase elocuente (como Forster
así le describiera), cortés declina lo tedioso,
mas pagano, creyente del instinto sublimado del hombre,
indiferente, en ánimo de volver a sí mismo, de no ser perturbado
(cuando abril alejandrino. Años del treinta y tres,
Thánatos cumple el ciclo que da razón a Eros).
Acepta el ritual, recibiendo por anillada mano
las sagradas especies, fatalmente al simple compromiso,
que zanja las cuestiones, para de nuevo darse en cultos al recuerdo.
Que rechazar negáis.

RAFAEL PEREZ ESTRADA
(CABALLO GRIEGO PARA LA POESÍA, 9/ 1977)

26 Ιανουαρίου 2008

ΣΤΑΘΗΣ ΟΡΦΑΝΟΣ

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Stathis Orphanos
(fotógrafo norteamericano-griego)
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+información: Stathis Orphanos

21 Ιανουαρίου 2008

ΟΔΟΣ ΠΑΝΔΡΟΣΟΥ

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La calle Pandrossou
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Bienamadas imágenes de Atenas.
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En el barrio de Plaka,
junto a Monastiraki,
una calle vulgar con muchas tiendas.
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Si alguno que me quiere
alguna vez va a Grecia
y pasa por allí, sobre todo en verano,
que me encomiende a ella.
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Era un lunes de agosto
después de un año atroz, recién llegado.
Me acuerdo que de pronto amé la vida,
porque la calle olía
a cocina y a cuero de zapatos.
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Jaime Gil De Biedma / España

16 Ιανουαρίου 2008

ΓΙΑΝΝΗΣ ΤΣΑΡΟΥΧΗΣ

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Yannis Tsarouchis
(pintor griego, 1910-1989)

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Tsarouchis como Diciembre

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El pintor y su modelo
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+ información: Bajo el signo de Libra

11 Ιανουαρίου 2008

ΜΕΡΕΣ ΤΟΥ ...


DÍAS DE 1901
Esto era lo que había en él de singular:
que en medio de toda su vida disoluta
y de su mucha experiencia en el amor,
a pesar de la habitual armonía
entre su actitud y su edad,
había algunos instantes -pero muy raros
ciertamente- en que daba la impresión
de una carne casi intacta.
La hermosura de sus veintinueve años,
tan probada en el placer,
había momentos en que paradojalmente recordaba
a un adolescente que -con cierta torpeza- al amor
por primera vez su cuerpo puro entrega.

DÍAS DE 1903
No los hallé ya otra vez -tan luego perdidos...
los ojos poéticos, el pálido
rostro ... en el anochecer de la calle ...
No los hallé ya más -conquistados sólo por casualidad,
que así con ligereza dejé;
y después con angustia anhelaba.
Los ojos poéticos, el pálido rostro,
los labios aquellos no los hallé más.

DÍAS DE 1908
Aquel año se encontró sin trabajo;
y en consecuencia vivía de las cartas,
y de los dados, y de dinero prestado.
Un puesto, con tres liras al mes, le habían ofrecido
en una pequeña papelería.
Pero lo rechazó, sin ninguna vacilación.
No le venía. No era sueldo para él,
un joven con bastante cultura, y de veintidós años.
Ganaba, no ganaba dos, tres chelines al día.
De las cartas y los dados qué podía sacar el muchacho,
en los cafés de su clase, populares,
por más que jugara con viveza, por más que eligiera necios.
El dinero prestado, eso era y no era plata.
Raramente alcanzaba a un talero, lo más frecuente medio,
a veces caía a sólo un chelín.
Cada semana, a veces más seguido,
cuando se libraba del terrible trasnochar,
se refrescaba bañándose, nadando en la mañana.
Su ropa era una terrible ruina.
Siempre llevaba el mismo traje, un traje
muy desteñido color canela.
Ah días del verano del novecientos ocho,
de vuestra visión, artísticamente,
se borró la ropa raída color cáscara.
Vuestra visión lo conservó
cuando se despojaba de ellas, cuando se las quitaba,
las ropas indignas, la ropa interior remendada.
Y quedaba enteramente desnudo,
inmaculadamente hermoso: una maravilla.
Sus cabellos sin peinar, desordenados;
sus miembros un poco quemados
por la desnudez matinal en los baños, y en la playa.

DÍAS DE 1909, 1910 y 1911
De un maltraído, pobrísimo marino
(de una isla del Mar Egeo) era hijo.
Trabajaba donde un herrero. Usaba ropa vieja.
Sus zapatos de trabajo raídos y míseros.
Sus manos estaban manchadas de herrumbre y aceite.
Al caer la noche, cuando cerraba el taller,
si había algo que deseaba mucho,
alguna corbata un poco cara,
alguna corbata para el domingo,
o si había visto en una vitrina y la quería
alguna bonita camisa azul oscuro,
vendía su cuerpo por un talero o dos.
Me pregunto si en los tiempos antiguos
poseyó la gloriosa Alejandría un joven más bellísimo,
un muchacho 'más perfecto que él - que se perdió:
no hubo, se comprende, estatua o pintura suya:
arrojado al mísero taller de un herrero,
se hubo de acabar tempranamente por el trabajo penoso
y por una vulgar corrupción, desdichada.
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LO OCULTO (1908)
Nunca descubrirán quién fui
en lo que hice o he dicho.
Algo ahí tergiversa
los hechos de mi vida, sus fines.
Algo que me detenía muchas veces
cuando iba a hablar.
Sólo en mis hechos más oscuros
y en mis escritos secretos:
sólo en ellos puede comprendérseme.
Quizá de todas formas no merezca la pena
tal cuidado, tal esfuerzo en ocultarme.
Cuando el tiempo pase, en una sociedad mejor,
habrá seguramente personas creadas como yo
y actuarán libremente.
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Constantino Cavafis

6 Ιανουαρίου 2008

Ο ΑΛΕΞΑΝΔΡΙΝΟΣ

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Ante tumba del poeta griego Constantino Cavafis. Alejandría.
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EL ALEJANDRINO
Mario Vargas Llosa (EL PAÍS 24-02-2000)
EL departamento donde el poeta Constantino Cavafis (1863-1933) vivió en Alejandría sus últimos 27 años está en un edificio venido a menos, en el centro de la ciudad, en una calle que se llamó Lepsius cuando habitaban el barrio los griegos y los italianos y que se llama ahora Charm-el-Sheik. Todavía quedan algunos griegos por el contorno, a juzgar por unos cuantos letreros en lengua helénica, pero lo que domina por doquier es el árabe. El barrio se ha empobrecido y está lleno de callejones hacinados, casas en ruinas, veredas agujereadas y -signo típico de los distritos miserables en Egipto- las azoteas han sido convertidas por los vecinos en pestilentes basurales. Pero la bella iglesita ortodoxa a la que acudían los creyentes en su tiempo está todavía allí, y también la airosa mezquita, y el hospital. Pero, en cambio, ha desaparecido el burdel que funcionaba en la planta baja de su piso.
El departamento es un pequeño museo a cargo del consulado griego y no debe recibir muchas visitas, a juzgar por el soñoliento muchacho que nos abre la puerta y nos mira como si fuésemos marcianos. Cavafis es poco menos que un desconocido en esta ciudad que sus poemas han inmortalizado -ellos son, con la famosísima Biblioteca quemada de la antigüedad y los amores de Cleopatra lo mejor que le ha pasado desde que la fundó Alejandro el Grande en el 331 a.d. Cristo- donde no hay una calle que lleve su nombre ni una estatua que lo recuerde, o, si las hay, no figuran en las guías y nadie sabe dónde encontrarlas. La vivienda es oscura, de techos altos, lúgubres pasillos y amoblada con la circunspección con que debió estarlo cuando se instaló aquí Cavafis, con su hermano Pablo, en 1907. Este último convivió con él apenas un año y luego se marchó a París. Desde entonces, Constantino vivió aquí solo, y, al parecer, mientras permanecía dentro de estos espesos muros, con irrenunciable sobriedad.
Este es uno de los escenarios de la menos interesante de las vidas de Cavafis, la que no dejó huella en su poesía y que nos cuesta imaginar cuando lo leemos: la del atildado y modesto burgués que fue agente en la Bolsa del algodón y que, durante treinta años, como un burócrata modelo, trabajó en el Departamento de Irrigación del Ministerio de Obras Públicas, en el que, por su puntualidad y eficiencia fue ascendiendo, hasta llegar a la subdirección. Las fotos de las paredes dan testimonio de ese prototipo cívico: los gruesos anteojos de montura de carey, los cuellos duros, la ceñida corbata, el pañuelito en el bolsillo superior de la chaqueta, el chaleco con leontina y los gemelos en los puños blancos de la camisa. Bien rasurado y bien peinado, mira a la cámara muy serio, como la encarnación misma del hombre sin cualidades. Ése es el mismo Cavafis al que mató un cáncer en la laringe y que está enterrado en el cementerio greco-ortodoxo de Alejandría, entre ostentosos mausoleos, en un pequeño rectángulo de lápidas de mármoles, que comparte con los huesos de dos o tres parientes.
En el pequeño museo no hay una sola de las famosas hojas volanderas donde publicó sus primeros poemas y que, en tiradas insignificantes -treinta o cuarenta copias- repartía avaramente a unos pocos elegidos. Tampoco, alguno de los opúsculos -cincuenta ejemplares el primero, setenta el segundo- en los que reunió en dos ocasiones un puñadito de poemas, los únicos que, durante su vida, alcanzaron una forma incipiente de libro. El secretismo que rodeó el ejercicio de la poesía en este altísimo poeta no sólo tenía que ver con su homosexualidad, bochornosa tara en un funcionario público y un pequeño burgués de la época y del lugar, que en sus poemas se explayaba con tan sorprendente libertad sobre sus aficiones sexuales; también, y acaso sobre todo, con la fascinación que ejercieron sobre él la clandestinidad, la catacumba, la vida maldita y marginal, que practicó a ratos y a la que cantó con inigualable elegancia. La poesía, para Cavafis, como el placer y la belleza, no se daban a la luz pública ni estaban al alcance de todos: sólo de aquellos temerarios estetas hedonistas que iban a buscarlos y cultivarlos, como frutos prohibidos, en peligrosos territorios.
De ese Cavafis, en el museo hay solamente una rápida huella, en unos dibujitos sin fecha esbozados por él en un cuaderno escolar cuyas páginas han sido arrancadas y pegadas en las paredes, sin protección alguna: muchachos, o acaso un mismo muchacho en diferentes posturas, mostrando sus apolíneas siluetas y sus vergas enhiestas. Este Cavafis me lo imagino muy bien, desde que lo leí por primera vez, en la versión en prosa de sus poemas hecha por Marguerite Yourcenar, aquel Cavafis sensual y decadente que discretamente sugirió E. M. Foster en su ensayo de 1926 y el que volvió figura mítica el Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell. Aquí, en su ciudad, pululan todavía los cafetines y las tabernas de sus poemas y que, como éstos, carecen casi totalmente de mujeres y de parejas heterosexuales. No me consta, pero estoy seguro de que, en ellos, todavía, entre el aroma del café turco y las nubes de humo que despiden los aparatosos fumadores de shisha, en esas muchedumbres masculinas que los atestan se fraguan los ardientes encuentros, los primeros escarceos, los tráficos mercantiles que preceden los acoplamientos afiebrados de los amantes de ocasión, en casas de cita cuya sordidez y mugre aderezan el rijo de los exquisitos. Hasta diría que lo he visto, en las terrazas de La Corniche, o en los cuchitriles humosos que rodean el mercado de las telas, caballero de naricilla fruncida, labios ávidos y ojitos lujuriosos, a la caída de la noche, bajo la calidez de las primeras estrellas y la brisa del mar, espiando a los jóvenes de aire forajido que se pasean sacando mucho el culo, en busca de clientes.
A diferencia de la serenidad y la naturalidad con que los hombres -mejor sería decir los adolescentes- se aman entre ellos en los poemas de Cavafis, y disfrutan del goce sexual con la buena conciencia de dioses paganos, para él esos amores debieron ser extremadamente difíciles y sobresaltados, impregnados a veces de temor y siempre de ilusiones que se frustraban. Lo genial de su poesía erótica es que aquellas experiencias, que debieron ser limitadas y vividas en la terrible tensión de quien en su vida pública guardaba siempre la apariencia de la respetabilidad y rehuía por todos los medios el escándalo, se transforman en una utopía: una manera suprema de vivir y de gozar, de romper los límites de la condición humana y acceder a una forma superior de existencia, de alcanzar una suerte de espiritualidad laica, en la que, a través del placer de los sentidos y de la percepción y disfrute de la belleza física, un ser humano llega, como los místicos en sus trances divinos, a la altura de los dioses, a ser también un dios. Los poemas eróticos de Cavafis arden de una sensualidad desbocada y, pese a ello, y a su utilería romántica de decadencia y malditismo, son sin embargo curiosamente fríos, con cierta distancia racional, la de una inteligencia que gobierna la efusión de las pasiones y la fiesta de los instintos, y, a la vez que la representa en el verso, la observa, la estudia y, valiéndose de la forma, la perfecciona y eterniza.
Sus temas y su vocación sexual estaban infiltrados de romanticismo decimonónico -de exceso y trasgresión, de individualismo aristocrático-, pero, a la hora de coger la pluma y sentarse a escribir, surgía del fondo de su ser y tomaba las riendas de su espíritu, un clásico, obsesionado con la armonía de las formas y la claridad de la expresión, un convencido de que la destreza artesanal, la lucidez, la disciplina y el buen uso de la memoria eran preferibles a la improvisación y a la desordenada inspiración para alcanzar la absoluta perfección artística. Él la alcanzó, y de tal manera, que su poesía es capaz de resistir la prueba de la traducción -una prueba que casi siempre asesina a la de los demás poetas- y helarnos la sangre y maravillarnos en sus distintas versiones, a quienes no podemos leerla en el griego demótico y de la diáspora en que fue escrita. (A propósito, la más hermosa de las traducciones que he leído de los poemas de Cavafis es la de los veinticinco poemas que vertió al español Joan Ferraté. La publicó Lumen en 1970, en una bella edición ilustrada con fotografías, y, por desgracia, que yo sepa no ha sido reimpresa).
Ese es el tercer Cavafis de la indisoluble trinidad: el extemporáneo, el que en alas de la fantasía y la historia vivió, al mismo tiempo, bajo el yugo británico contemporáneo y veinte siglos atrás, en una provincia romana de griegos levantiscos, judíos industriosos y mercaderes procedentes de todos los rincones del mundo, o unas centenas de años después, cuando cristianos y paganos se cruzaban y descruzaban en una confusa sociedad donde proliferaban las virtudes y los vicios, los seres divinos y los humanos y era casi imposible diferenciar a los unos de los otros. El Cavafis heleno, el romano, el bizantino, el judío, salta fácilmente de un siglo a otro, de una civilización a la siguiente o a la anterior, con la facilidad y la gracia con que un diestro danzarín realiza una acrobacia, conservando siempre la coherencia y la continuidad de sus movimientos. Su mundo no es nada erudito, aunque sus personajes, lugares, batallas, intrigas cortesanas, puedan ser rastreados en los libros de historia, porque la erudición antepone una barrera glacial de datos, precisiones y referencias entre la información y la realidad, y el mundo de Cavafis tiene la frescura y la intensidad de lo vivido, pero no es la vida al natural, sino la vida enriquecida y detenida -sin dejar de seguir viviendo- en la obra de arte.Alejandría está siempre allí, en esos poemas deslumbrantes. Porque en ella ocurren los episodios que evoca, o porque es desde esa perspectiva que se vislumbran o recuerdan o añoran los sucesos griegos, romanos o cristianos, o porque quien inventa y canta es de allí y no quiere ser de ninguna otra parte. Era un alejandrino singular y un hombre de la periferia, un griego de la diáspora que hizo por su patria cultural -la de su lengua y la de su antiquísima mitología- más que ningún otro escritor desde los tiempos clásicos, pero ¿cómo podría ser adscrito, así, sin más, a la historia de la literatura griega moderna europea, este medio-oriental tan identificado con los olores, los sabores, los mitos y el pasado de su tierra de exilio, esa encrucijada cultural y geográfica donde el Asia y el Africa se tocan y confunden, así como se han confundido en ella todas las civilizaciones, razas y religiones mediterráneas?
Todas ellas han dejado un sedimento en el mundo que creó Cavafis, un poeta que con todo ese riquísimo material histórico y cultural fue capaz de crear otro, distinto, que se reaviva y actualiza cada vez que lo leemos. Los alejandrinos de hoy día no frecuentan su poesía y la gran mayoría de ellos ni siquiera conoce su nombre. Pero, para quienes lo hemos leído, la Alejandría más real y tangible, cuando llegamos aquí, no es la de su hermosa playa y su curvo malecón, la de sus nubes viajeras, sus tranvías amarillos y el anfiteatro erigido con piedras de granito traídas de Assuán, ni siquiera la de las maravillas arqueológicas de su museo. Sino la Alejandría de Cavafis, aquella en la que discuten e imparten sus doctrinas los sofistas, donde se filosofa sobre las enseñanzas de las Termópilas y el simbolismo del viaje de Ulises a Itaca, donde los vecinos curiosos salen de sus casas a ver a los hijos de Cleopatra -Cesáreo, Alejandro y Tolomeo- asistir al Gimnasio, cuyas calles apestan a vino e incienso cuando pasa el cortejo de Baco, inmediatamente después de los dolidos funerales a un gramático, donde el amor es sólo cosa de hombres y donde, de pronto, sobreviene el pánico, porque ha corrido el rumor de que pronto llegarán los bárbaros.

1 Ιανουαρίου 2008

ΚΑΛΩΣΟΡΙΣΜΑ ΜΕ ΕΝΑ ΚΟΜΜΑΤΙ ΓΛΥΚΟ "TRES LECHES"

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TRES LECHES
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Tiempo: 90 Mins
Dificultad: Media
Sirve: 4 personas
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Preparación previa:
Unta con mantequilla un moldes medianos para hornear de 3 pulgadas de alto, espolvorea harina en el fondo del molde. Calienta en el horno a fuego medio (200°C).
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Ingredientes:
3/4 taza de harina
1 1/2 tazas de leche condensada azúcarada
2 1/2 tazas de leche evaporada
1/2 cucharadita de polvo de hornear
1/2 taza de mantequilla
1/2 taza de azúcar
3 huevos
1 taza de crema batida dulce
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Preparación:
Bate los huevos hasta que se pongan pálidos. Añade el azúcar e incorpora bien. En otro envase acrema la mantequilla e incorpora la harina cernida junto al polvo de hornear. Incorpora los huevos. Pon en el molde y hornea hasta que introduzcas un cuchillo y salga limpio. Deja enfriar a temperatura ambiente.
Mezcla la leche condensada y evaporada y vierte sobre el pastel y deja que absorba la mezcla por 10 minutos. Cubre con la crema batida y pon en el refrigerador hasta que esté bien frío. Sirve frío.

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