Píndaro: Encomio de Teóxeno de Ténedos
En la ocasión justa debiste los frutos de amor recoger,
oh corazon, en el tiempo de tu juventud.
Mas quien, mirando los rayos que fulgen en los ojos
de Teóxeno, no siente el oleaje del deseo amoroso
en su alma, tiene forjado de bronce o de hierro
su negro corazón, en la llama de una frígida fragua,
desamparado de Afrodita, la de vivaces párpados.
O acaso se tortura de modo brutal en su afán de riquezas
o tras la femenina devergüenza azacanea su alma
con esfuerzo servil toda su ruta. Pero yo,
cual devorado por la honda pasión, como la cera
de las santas abejas me derrito, cuando veo
el frescor de la adolescencia en los miembros de los muchachos.
Así, ahora habitan en Tenedos la Persuasión y la Gracia,
que acompañan al hijo de Agesilao.
Traducción: Carlos García Gual
Antología de la literatura griega ( ss VII a.C.. – iv d.C.) [Alianza Editorial, 1995]
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(*) Según la leyenda Teóxeno fue el último amor efébico de Píndaro, y la persona en cuyos brazos falleció el poeta.
(*) Según la leyenda Teóxeno fue el último amor efébico de Píndaro, y la persona en cuyos brazos falleció el poeta.
6 σχόλια:
Píndaro
(Cinoscéfalos, actual Grecia, 518 a.C.-Argos?, id., 438 a.C.) Poeta lírico griego. De su extensa producción se han conservado 45 odas triunfales o epinicios, divididos en cuatro libros (Olímpicas, Píticas, Nemeas e Ístmicas), que constituyen una de las mejores muestras de lírica coral griega. Fue uno de los poetas griegos más famosos, como lo demuestra el interés que ya en la Antigüedad tardía despertó su figura, siendo objeto de seis de las Vidas que escribió Plutarco, en las que los datos creíbles se mezclan con significativas leyendas, como la que cuenta que, siendo niño, las abejas bañaban sus labios en miel mientras soñaba.
Parece seguro que pertenecía a una familia de la aristocracia tebana y que se educó en Atenas, donde se formó musicalmente, en un momento en que estaba surgiendo el lirismo coral y el ditirámbico. Sus modelos literarios fueron sobre todo Homero y Hesíodo, aunque en su poesía influyeron también poetas locales, como las poetisas Myrtis y Corinna. Fiel a sus orígenes aristocráticos, se mantuvo al lado de Tebas durante las Guerras Médicas, y su estrecha relación con Egina, líder tebano conservador a quien dedicó once odas, lo mantuvo al margen de la incipiente formación de la democracia ateniense.
Se consagró definitivamente como poeta panhelénico tras una estancia en Sicilia durante la soberanía de Hierón de Siracusa y Terón de Agrigento, en un momento de gran prosperidad que inspiró a Píndaro sus odas más sublimes, dedicadas a cantar las victorias de los juegos panhelénicos.
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Píndaro
Encomio a Teóxeno de Ténedos
Debe ser cosechada en su estación la fruta del amor,
alma: en la juventud.
Pero aquél que fijándose en los rayos fulgentes como gemas
del mirar de Teóxeno
no sucumbe a las olas del deseo, con acero o con hierro
el negro corazón tiene forjado
en una llama gélida, en desgracia caído ante Afrodita
la de vívidos párpados,
o bien por la riqueza ferozmente se afana
o audacia de mujer
le va arrastrando el alma, sumisa en toda ruta. En cambio yo
por el calor mordido, como cera
de sagradas abejas me derrito por causa de Afrodita
cuando pongo mis ojos en los cuerpos
frescos y adolescentes de los jóvenes: en Ténedos al hijo
de Agesilao han dado residencia
Persuasión y la Gracia.
Traducción: Aurora Luque
MEAAINA KAPAIA:
ALGUNAS NOTAS PINDÁRICAS
El objeto de estas líneas es el de presentar algunas sugeren-
cias en torno a determinados pasajes pindaricos que, aunque
nos harán rozar el tema del contraste de colores y, sobre todo,
de la oscuridad y de la luz en la poesía griega (al que ya se han
dedicado diversas monografías), serán interpretados funda-
mentalmente a partir de sus precedentes épicos y de sus diversas
connotaciones.
La expresión que da título a este artículo puede servirnos de
punto de partida. En acusativo (μέλαιναν καρδίαν) aparece en
el fragmento 123, 5, perteneciente a un célebre Encomio dedi-
cado a Teóxeno de Ténedo, y en el 225, 2, en ambos a final de
verso. Es obligado, en primer lugar, destacar el paralelo con las
φρένες homéricas , referencia que, por si hay alguna
duda, no está de más explicitar, aunque resulte bastante paten-
te: el fizop, el Buyóq se localizan en Homero en las φρένες-ήτορ-θυμός-καρδίη (II. XX, 169); de suerte que esta relación
cppÉvsq-fi~op-Buyó~pa~, unida a la equivalencia fizop-
xapbia en Píndaro, atestiguada en otros pasajes , puede funda-
mentar muy bien el precedente que intentamos apoyar.
Pero consideramos que esta primera observación no nos en-
camina por sí sola a la comprensión de la enigmática expresión
dentro del contexto del fragmento. Aún se pueden establecer re-
laciones más profundas. Como es sabido, Píndaro viene a decir
en estos versos que aquel que no se agita como el mar de deseo
al contemplar los ojos de Teóxeno «de acero o hierro tiene for-
jado su negro corazón con fría llama»:
εξ αδάμαντος ή σιδάρου κεχάλκευται μέλαιναν καρδίαν ψυχρά φλογί(VV. 4-6)
Pues bien, se da el caso de que la idea del ((corazón de
hierro)) es tan antigua como Homero: σιδηρειόν νυ τοι ήτορ
(11. XXIV, 205, 521), σιδήρεος εν φρεσί θυμός(11. XXII, 357,
XXII, Od. XXII, 172), θυμός ενί στήθεσι σιδήρεος (Od. V,
191) y, sobre todo, κραδίη σιδηρέη(Od. IV, 293). Si a esto
añadimos el verso hesiódico του δε σιδηρέη μεν κραδιη, χαλκέον δε οι ήτορ habremos logrado un buen conjunto de refe-
rencias para la comprensión de este lugar pindárico. El epíteto
pÉhawa puede llevar aquí implícita la idea de «dureza», tanto
en sentido real como figurado (es decir, ((imperturbabilidad)),
«insensibilidad»).
A partir de la anterior conclusión se ilumina el sentido de la
misma expresión en el fr. 255:
οπότε θεός ανδρί χάρμα πέμψη
πάρος μέλαιναν καρδίαν εστύφέλιξεν
Al igual que Irwin tampoco consideramos acertada la ver-
sión de Bowra, para el que πάρος va con μεαλιναν; la traduc-
ción que así resulta desfigura, en nuestra opinión, el valor del
conjunto sustantivo-epíteto, de acuerdo con las anteriores refle-
xiones; también disentimos de ver en μέλαιναν una alusión a la
((actual melancholly». Con arreglo a las deducciones del frag-
mento 123, podemos interpretar el pasaje en el sentido de que
la divinidad golpea primero el corazón del hombre, frío e insen-
sible, duro y negro como el metal; como hierro negro (Homero
diría «gris») trabaja entonces ese herrero divino el corazón, no
con llama fría, sino con duros y hábiles golpes (εστυφέλιξεν): la
idea 'de dureza está implícita en este verbo, relacionado con
στυφελός y con στυφλος, «duro», «áspero»; Apolonio Rodio
usará precisamente uno de estos adjetivos aplicado a la tierra
«portadora de hierro»: σιδηροφόρον στυφελήν χθόνα (11;
1005).
De la oscuridad a la luz; de la negrura al brillo. Tal es el rá-
pido cambio que nos permitimos hacer con Píndaro dentro de
estos mismos fragmentos. También aquí Píndaro sirve para
comprender a Píndaro. En el citado fr. 123, al referirse a la mi-
rada de Teóxeno, emplea nuestro poeta un hermoso desarrollo
de una fórmula homérica: τας δε Θεοξένου ακτίνας προς όσσων μαρμαρίζουσας (δρακείς). El precedente épico es eviden-
temente bppaza pappaipovza ya visto por B. A. van Gronin-
gen . Como tantas otras veces, la mención del antecedente ho-
mérico no es algo superfluo, sino necesario y útil: la fórmula
suele ir referida a Afrodita, lo que hace que la refección pindá-
rica se muestre perfectamente adecuada al contexto .
La comprensión de este pasaje se enlaza estrechamente con
la del verso 13 del fragmento 52u (= Peán 20), ομμ]άτων ano
oÉhaq ESivaosv. Además de bppaza pappaipovza no está de
más mencionar el epíteto homérico &hixGniq (lo que supondría
una interpretación pindárica de éste como «de ojos
brillantes)) 1s) así como el verso del Himno a Hermes, 45 ή ότε
δινηθώσιν απ' οφθαλμών αμαρυγαί. Es algo problemática en
principio la traducción del verso pindárico, por la doble posibi-
lidad de interpretación del verbo, según se relacione con «tor-
bellino)) o con Giva «luz», «rayo de luz» (δινέω y δινάω respec-
tivamente). Esta confusión se aprecia también en el origen épico
de esta expresión, para el que, además de lo dicho, se puede
aportar 11. XVII, 679, όσσε φαεινώ παντόσε δινείσθην. Es to-
talmente digna de apoyo la opinión de B. Forssman de que
probablemente estemos ante una forma de Giváo pero con sig-
nificado de «brillar», «relucir», aunque en otros casos es más
propio pensar en el de «girar». Precisamente las ideas apunta-
das para estos pasajes pindáricos en relación con sus preceden-
tes épicos pueden ser las que mejor iluminen la última posibili-
dad señalada .
Los ejemplos aquí comentados pueden contribuir a de-
mostrar la gran cantidad de connotaciones poéticas que la
expresión aparentemente más simple o enigmática puede com-
portar cuando se trata de un poeta que ha asimilado de una for-
ma tan natural la tradición precedente y ha sabido combinarla,
de manera más o menos consciente, con su magnífico dominio
del lenguaje. Comprender esto puede ser también pasar, por el
camino del verso pindárico, de la oscuridad a la luz.
Emilio SUÁREZ DE LA TORRE
Γειά σου, Tres leches. Σ’ αυτήν την διέφθηνση (http://www.chironweb.org/blogs/) έχουμε ενα Blogs Planet με blogs για τα αρχαία ελληνικά και ρομαϊκά που ειναι γράμμενα από ισπανών και ισπανίδων που φιλάνε την Eλλάδα. Μήπως θέλεις να είναι εκέι και το δικό σου; Αν το θέλεις, γράψε μου στο Acerca de του blog μου. Γειά.
Hola, Pompilo:
Muchas gracias por tu información.
Sí que me interesa tu propuesta.
Sin embargo, ¿dónde está el "acerca de" de tu blog?
No he conseguido encontrarlo.
¿Querrías darme unas instrucciones más precisas?
Oh, cierto, se llama "Contacto". Lo tienes en http://blog.pompilos.org/contacto/ Τα λέμε.
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