28 Φεβρουαρίου 2011

ΠΑΤΡΟΚΛΟΣ

Jacques Luis David: Patroclo
Antoine Wiertz: Griegos y Troyanos luchando por el cadáver de Patroclo
Menelao llevando el cuerpo de Patroclo (copia romana de un original griego)
David Ligare: Aquiles y los griegos llevan el cuerpo de Patroclo
Thomas Douglas: Llevando el cuerpo de Patroclo al campamento
Johann Balthasar Probst: Tetis trata de consolar a Aquiles
Behjamin West: Tetis lleva nuevas armas a su hijo
Jacques Luis David: Los funerales de Patroclo
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Cuando, encolerizado, Aquiles se encierra en su tienda tras haber discutido con Agamenón, Patroclo cesa igualmente de combatir. En el canto XVI (llamado también Patroclea, Πατρόκλεια), mientras los troyanos recuperan terreno a los griegos y amenazan con quemar sus naves, Aquiles autoriza a Patroclo a ponerse su armadura y lanzarse al combate a la cabeza de sus Mirmidones. Durante su aristia, Patroclo mata a algunos troyanos, entre ellos a Sarpedón, hijo de Zeus, antes de toparse con Héctor, que es ayudado por Apolo. El dios, envuelto en una nube, lo golpea en la espalda; acto seguido, Euforbo, hijo de Panto, lo hiere de nuevo en el mismo lugar y huye enseguida a la carrera. Por último, Héctor da muerte a Patroclo y lo despoja de sus armas. Menelao y Áyax el Grande protegen su cuerpo y se lo entregan a Aquiles, quien decide entonces retomar las armas para vengarlo.
Tetis, madre de Aquiles, da de beber a Patroclo néctar y ambrosía para evitar que su cadáver se corrompa y, al mismo tiempo, Aquiles se enfrenta a Héctor y lo vence. El Pelida ofrece luego a los griegos un festín en honor de Patroclo, al final del cual se le aparece el muerto y le suplica que queme su cadáver lo antes posible. A la mañana siguiente, Aquiles ordena construir una pira funeraria para Patroclo, se corta un mechón de la cabellera y sacrifica bueyes, corderos, perros y caballos, así como a doce jóvenes nobles de Troya. (es.wikipedia.org)

21 Φεβρουαρίου 2011

ΑΧΙΛΛΕΑΣ ΚΑΙ ΠΑΤΡΟΚΛΟΣ 2

Lo que se deriva en realidad de las palabras de Tetis es que el vínculo con Patroclo era la razón por la que el héroe no había tomado esposa todavía: una confirmación, entonces, del carácter amoroso de la relación. Pero la exhortación de la madre al hijo para que cumpla finalmente su deber social no es, sin embargo, una condena absoluta de su relación con Patroclo. Parece más bien la invitación a aceptar la que, para los griegos, era una regla natural: alcanzada una cierta edad, se hacía necesario poner fin a la fase homosexual de la vida y asumir el papel viril con una mujer. Y para Aquiles había llegado esta edad: si hubiese un reproche oculto en las palabras de Tetis es el de haber prolongado demasiado – a causa del excesivo amor por Patroclo – la fase del amor homosexual.
En Homero, en suma, aparece un tema insólito en la literatura griega, que encontraremos también en autores de la época más tardía, como Teocríto, y reaparece en los poetas romanos, de Catulo a Marcial. Pero los indicios del amor entre Aquiles y Patroclo (puesto que se debe hablar de indicios más que pruebas) no terminan aquí.
En un reciente estudio dedicado al asunto han sido puestos en evidencia algunos pasajes homéricos que hacen muy difícil pensar en la relación entre los héroes como una simple amistad entre compañeros en armas. Muerto su amigo, como habíamos señalado, Aquiles no tiene ya razones para vivir: repetidamente desea no haber nacido, declara que su único deseo es morir, parece amenazar con el suicidio. Y o se limita a expresar su dolor gimiendo y cubriéndose la cabeza con tierra, como es normal en los héroes homéricos. Al comienzo del canto XIX, Tetis lo encuentra “echado sobre Patroclo”, desesperadamente abrazado a su cadáver, en una actitud completamente anómala dentro del cuadro de las manifestaciones homéricas del luto.
No es difícil, en suma, tras las palabras de Homero, leer la historia del amor. Y los antiguos, de hecho, y no por casualidad, tenían muy pocas dudas al respecto. En un fragmento de Los Mirmidones de Esquilo, conservado en el Amatorius de Plutarco, leemos el deseperado grito de celos en el que Aquiles estalla ante el cadáver del amigo muerto, acusándole haber traicionado su amor:
La venerada fuerza de sus muslos (meron) no respetaste, tú, a pesar de nuestros besos.
Uno de los dramas perdidos de Sófocles se titulaba Achilleos erastai, los amantes de Aquiles. Esquines, en la oración contra Timarco, habla de los dos héroes como de una pareja de amantes, lo mismo que el pseudo Luciano.
En resumen, en la antigüedad sólo se discutía un único detalle: en la célebre pareja, ¿quién era el amante y quién era el amado? Según Ateneo (además según Esquines y Esquilo), el erastes habría sido Aquiles. Platón, en el Banquete, sostiene por el contario que ele rastes era Patroclo. Y la tradición iconográfica parece aceptar esta interpretación, como demuestra un célebre vaso conservado en el museo de Berlín, que representa Aquiles mientras venda al amigo herido, y en el cual Patroclo lleva barba, símbolo de su mayor edad.
Pero, más allá de esas diferencias de opinión, lo que nos interesa destacar es la difundida convicción, en la antigüedad, de la existencia de una relación amorosa entre los dos héroes: lo que demuestra por lo menos, que en la época clásica era natural e inevitable pensar que una amistad tan intensa entre dos hombres comportase también un vínculo sexual. Y esto, por cierto, es no poco significativo.

Eva Cantarella: Según natura. La bisexualidad en el mundo antiguo (Akal, 1991)

Se puede leer también:

ΑΧΙΛΛΕΑΣ ΚΑΙ ΠΑΤΡΟΚΛΟΣ

ΑΧΙΛΛΕΑΣ ΚΑΙ ΠΑΤΡΟΚΛΟΣ 1

Ο ΑΧΙΛΛΕΑΣ ΘΡΗΝΕΙ ΤΟΝ ΘΑΝΑΤΟ ΤΟΥ ΠΑΤΡΟΚΛΟΥ

ΕΡΩΤΕΣ 1. ΑΧΙΛΛΕΑΣ ΚΑΙ ΠΑΤΡΟΚΛΟΣ

Gavin Hamilton: Aquiles llorando la muerte de Patroclo
Dirck van Baburen: Aquiles preparado para vengar la muerte de Patroclo

14 Φεβρουαρίου 2011

ΑΧΙΛΛΕΑΣ ΚΑΙ ΠΑΤΡΟΚΛΟΣ 1

Jean Auguste Dominique Ingres (1801): Aquiles recibiendo los embajadores de Agamenón
Aquiles, llevado por la ira, abandona la guerra. Agamenón envía unos embajadores (Fénix, Ayante y Ulises) para convencerlo de que vuelva. Aquiles está sentado. A su lado, de pie, está Patroclo. Fénix es el anciano; Ayante, el guerrero fornido; y Ulises el de la túnica roja
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Homero describe en la Ilíada amistades masculinas de intensidad afectiva tan fuerte para hacer pensar inevitablemente en lazos muy distintos de una simple solidaridad entre compañeros de armas: y la amistad que en este punto es casi obligado citar es la existente entre Aquiles y Patroclo. Una relación tan fuerte como para hacer que Aquiles, tras la muerte de Patroclo, declare tener un solo objetivo en la vida: tras haber vengado a su amigo, yacer con él en la misma fosa, para siempre, unido a él en la muerte como lo estaba en la vida. Una relación, entonces, bastante diferente de la que Aquiles había tenido con Briseida, la esclava-concubina que Agamenón le había arrebatado cuando se había visto privado de su esclava Criseida. Las esclavas eran compañeras intercambiables, como demuestra el gesto de Agamenón, que se consuela inmediatamente, sustituyéndola por otra, de la pérdida de Criseida. El lazo de Aquiles con Patroclo, por el contrario, era insustituible: y no es poco significativo, a este propósito, el discurso de Tetis, la madre de héroe, dirigido al hijo desesperado e inconsolable: Aquiles, dice Tetis, debe continbuar viviendo, y olvidando Patroclo, debe tomar esposa, «como debe ser».

Eva Cantarella: Según natura. La bisexualidad en el mundo antiguo (Akal, 1991)

Se puede leer también:

Los griegos transportan el cadáver de Patroclo despojado de las armas
Atenea defiende a Aquiles frente a Héctor, apoyado por Apolo

7 Φεβρουαρίου 2011

ΠΕΡΙ ΟΝΟΜΑΣΙΑΣ ΗΛΙΚΙΩΝ

El interés que los griegos tenían por la terminología de la edad y la importancia que le atribuían resultan claros apenas se hace un recorrido por las obras dedicadas al asunto por los gramáticos y lexicógrafos alejandrinos, y más especialmente el tratado Peri onomasias helikion de Aristófanes de Bizancio.
La relación de términos a los que pasa revista Aristófanes es larga y minuciosa, sobre todo a lo que se refiere a los términos que indican las edades menores.
Brefos, escribe Aristófanes, es el recién nacido. Paidion es el niño que se alimenta de leche materna. Presumiblemente, entonces, el niño hasta los dos, tres o cuatro años, cuando comienza a andar es llamado paidarion. Paidiskos es el niño de edad inmediatamente siguiente, cuando deja de ser tal para ser llamado país, cuando va a la escuela (seis-siete años entonces). Sucesivamente es pallax, boupais, antipais, mellefebos, y por fin, a los dieciocho años, efebos. Las edades siguientes están indicadas por los términos meirakion (o meirax), y después neaniskos, neanias, aner mesos, probebekos, (como tal, llamado también omogeron), presbutes, y finalmente eschatogeras (viejo decrépito).
(…) En la Grecia clásica el logro de la edad adulta comportaba un cambio del papel sexual: de la pasividad a la actividad (…)
Sin embargo, podía suceder que un menor, si bien próximo a los dieciocho años, estuviese tentado de asumir un papel activo con los paides de menor edad: en el Banquete de Jenofonte –por limitarnos a un ejemplo- sabemos de Critóbulo, que «si bien era todavía un erómenos, deseaba ya a otros jóvenes» o podía suceder que, incluso después de los dieciocho años, un muchacho siguiese siendo compañero pasivo de un relación homosexual.

Eva Cantarella: Según natura. La bisexualidad en el mundo antiguo (Akal)
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