.
Cuando Heracles luchaba contra los driopes, mató a su rey Tiodamante y raptó a su hijo Hilas ((en griego Ύλας), joven de gran belleza, del cual se había enamorado. Hilas lo acompañó en la expedición de los Argonautas, pero durante una escala en Misia, mientras Heracles había ido a cortar un árbol para hacerse un remo –pues se había roto el que le sirviera hasta entonces’, Hilas recibió el encargo de ir en busca de agua de una fuente del bosque, o tal vez río (o lago) Ascanio. Las ninfas, al verlo tan hermoso, lo atrajeron hacia sí para conferirle la inmortalidad. Polifemo, que había saltado a tierra con Hilas y Heracles, fue el primero en darse cuenta de la desaparición del joven. Estuvo llamándolo largo rato, pero en vano, y también Heracles unió sus gritos a los suyos. Entretanto, los Argonautas habían levado anclas sin esperar a sus compañeros –tal vez por consejo de los Boréadas. Polifemo fundó en el lugar la ciudad de Cios, que más tarde tomó el nombre de Prusa. Heracles, sospechando que los misios habían raptado a Hilas, les tomó rehenes y ordenó buscar al joven, búsqueda que los misios seguían realizando solemnemente en el curso de una fiesta anual: los sacerdotes se dirigían en procesión al monte cercano y gritaban por tres veces el nombre de Hilas.
Pierre Grimal: Diccionario de Mitología griega y romana (Paidós, 2008)
Pierre Grimal: Diccionario de Mitología griega y romana (Paidós, 2008)
.
Hilas (o Yolao), Heracles y Atenea
Δεν υπάρχουν σχόλια:
Δημοσίευση σχολίου