Yannis Tsarouchis
Amor Sin Nombre
Amor sin nombre, ámbito destino
de ser y de no estar. Tu pronto asedio
sostiene mi dolor y anula el tedio
de copa exhausta o apretado vino.
En un alto silencio, un aquilino
palmo azul de silencio, vivo. En medio
de la infausta paciencia de tu asedio
abro las jaulas y desbordo el trino.
Por ti cuelgo coronas en los muros;
por ti soy más fugaz y en los maduros
soñares aligero tus canciones.
Y te llevo en mi ser y has recogido
la actitud que en Florencias o Bizancios
consagra sus palomas al olvido.
Carlos Pellicer/ Μéxico
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Carlos Pellicer (Villahermosa, Tabasco, México; 4 de noviembre de 1899 - Ciudad de México; 16 de febrero de 1977). Fue un poeta mexicano.
Biografía
Los inicios
Carlos Pellicer Cámara, era oriundo de San Juan Bautista (actual Villahermosa) capital del estado de Tabasco. Su padre, también llamado Carlos, era farmacéutico, y su madre, Deifilia fue quién le enseñó las primeras letras, a leer versos y quién despertó en él una preocupación social.
Pellicer inició sus estudios de primaria en la escuela Daría González. La revolución mexicana lo contagia de su ímpetu. Los aviones lo hacen soñar con ser piloto civil. Pero desde muy temprana edad descubre su vena poética y la convicción de llegar a ser alguien importante.
En 1909, como consecuencia de la situación política que vivía Villahermosa, su padre se alistó en el ejército constitucionalista, por lo que él y su madre se trasladaron a vivir a la ciudad de Campeche. Por lo precario de su economía tuvo que trabajar y vender los dulces que elaboraba su madre, y allí empezó a escribir sus primeros sonetos.
Cursó estudios en la Escuela Nacional Preparatoria y en Colombia, a donde fue enviado por el gobierno del entonces presidente Venustiano Carranza. Fue cofundador de la revista San-Ev-Ank (1918) y de un nuevo Ateneo de la Juventud (1919) y secretario privado de José Vasconcelos Calderón.
En la Escuela Nacional Preparatoria se relacionó con intelectuales de primera línea. Es nombrado agregado estudiantil para representar a México en Colombia y Venezuela. Desempeña su labor con éxito y regresa sorprendido por la dictadura Venezolana. Al rendir el informe de sus actividades ante la Federación de Estudiantes, pronuncia un airado discurso en contra del dictador Juan Vicente Gómez, que causa un gran tumulto.
Profesor y alfabetizador
José Vasconcelos Calderón, rector de la Universidad Nacional, impresionado por sus palabras contra el dictador de Venezuela quiso conocerlo. Vasconcelos le da trabajo en la Universidad, primero como escribiente y después como oficial. Simultáneamente ejerce como profesor de lengua castellana en la Escuela Nacional Preparatoria. Meses después, cuando el rector es nombrado Secretario de Educación Publica, ocupa un puesto en esta institución.
Vasconcelos convoca a los jóvenes a participar apasionadamente en su proyecto educativo, que pretendía emular la hazaña de primeros evangelizadores. Los nuevos misioneros tenían la tarea de erradicar el analfabetismo de todos los rincones del país. Para este propósito formó grupos de voluntarios, que se lanzaron a las vecindades a dar clases.
En agosto de 1921, junto con Vicente Lombardo Toledano, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Xavier Guerrero entre otros, fundó el Grupo Solidario del Movimiento Obrero. Fue profesor de poesía moderna en la UNAM y director del Departamento de Bellas Artes. Organizó los museos Frida Kahlo, el de la Venta, y el de Anahuacalli. Colaboró en las revistas Falange (1922-23), Ulises (1927-28) y Contemporáneos (1928-31).
Carlos Pellicer y Daniel Cosío Villegas emplearon los sábados y domingos para llevar a cabo la tarea de "evangelizar" en materia de letras a los vecinos de una vecindad de Peralvillo. Una mañana, muy temprano, cuenta Cosío Villegas que entraron a un patio silencioso y desierto donde no parecía existir gente alguna. El carácter tozudo del poeta lo hizo vociferar:
"¡Y bien! ¿Qué nadie vive aquí? Entonces, ¿quién riega las macetas, quién lava los corredores, quién barre el patio?"
Cuando lo primeros curiosos se asomaron por las ventanas y algunos otros se acercaron desconcertados al joven que vociferaba; Pellicer se transformaba de pregonero de feria en misionero, les instaba a bajar para darles la buena nueva Les contaba que él era poeta, recitaba sus versos, o alguno de Díaz Mirón y cuando captaba la atención del público, les explicaba que todo esto era gracias a las letras.
A continuación, con ayuda de su pizarra trataba de iniciarles en el gusto por las letras. Cuando terminaba su explicación acordaban el día y la hora se verían para continuar las clases. Atrajo mucha gente, que se dividieron en dos grupos uno de los cuales atendía Daniel Cosío.
La transformación educativa iniciada por Vasconcelos tuvo frutos. En 1921 cuando había tomado a su cargo la Secretaría de Educación Publica sólo había 8.171 escuelas, 17.206 maestros y 679.897 alumnos, con un presupuesto de 2.218.000 pesos. En 1924 deja un presupuesto de 52.363.000 pesos y también 13.487 escuelas, 26.065 maestros y 1.049.539 alumnos.
Años después, debido a una invitación que le hiciera el poeta argentino José Ingenieros para visitar París y con la ayuda de una beca para estudiar museografía en la Sorbona, Pellicer vive en Europa durante poco más de tres años.
Regreso a México y entrada en la política activa
Retorna a México para unirse a la campaña presidencial de José Vasconcelos Calderón. Al igual que a su llegada de Sudamérica, se encontró con una juventud pujante e irreverente y pasó a formar parte del llamado vasconcelismo. Por una parte su beca europea no se postergó más tiempo y en el mes de marzo de 1929, José Vasconcelos era nombrado en Celaya, Guanajuato, candidato oficial por el Partido Antireeleccionista.
El 17 de noviembre de 1929 día de las elecciones, México se llena de sangre, se habla de 9 muertos y de 17 heridos. Se dispara contra los manifestantes en Tampico, Córdova Veracruz, en Guaymas y en Tuxpan. Los soldados se llevan las urnas y los camiones del gobierno las acarrean. Un periódico de los Estados Unidos declara vencedor al candidato oficial por un margen de un millón de votos.
Vasconcelos va a Guaymas perseguido por el ejército y la policía. Lo persigue también un enviado del gobierno de los Estados Unidos para ofrecerle, a cambio de reconocer su derrota, la rectoría de la UNAM. No acepta y ordena a sus seguidores que se escondan. Al día siguiente son detenidos miles de vasconcelistas. Pellicer no escucha recomendaciones y pretende continuar su vida normal. Es detenido una tarde, cuando se disponía a salir de casa, para dar su paseo acostumbrado de las Lomas a los Remedios.
Las gestiones de su familia y amigos consiguen su libertad en breve tiempo.
El exilio voluntario
No fue fácil reiniciar la vida, abandonó la prisión para sumirse en una cárcel de libertad:
Que se cierre esa puerta que no me deja estar a solas con tus besos.
Así, escribiendo versos, comenzaba su exilio en su propia patria, pero no era la única puerta que rondaba en sus soledades, todas las entradas estaban cerradas. Era un poeta marcado por causa de su militancia vasconcelista. La pobreza lo había seguido toda la vida, pero hasta ese momento no le había hecho un poema a la miseria, lamentaba que sus padres tuvieran que sufragarle dinero para el tranvía.
Maestro de la escuela secundaria Nº4
A principios de 1931 cambia su suerte, publica: Cinco poemas y consigue ingresar como profesor de Historia de México, Historia Universal y Literatura Castellana en la Escuela Secundaria Nº4. Ejercería el magisterio durante veinte años.
Caminaba junto a sus alumnos por las calles de la ciudad, llevando traje y corbata. En aquella época, Pellicer gustaba vestir elegante. Hacía el final de su vida se despojó de cierta frivolidad. Ocultaba su calvicie con un sombrero y sus ojos con lentes oscuros. Ahora eran los jóvenes quienes podían decir que eran alumnos de Carlos Pellicer.
En 1932, durante el primer ciclo, de la primera temporada del Teatro Orientación Pellicer prueba suerte en las tablas y debuta como actor dramático. Actuó en la obra Georges Dandin con el papel protagonista. Su participación fue desastrosa, pues marcó su debut y despedida.
Uno de sus mejores pasatiempos era visitar a los libreros que se apostaban en las banquetas de las calles de Tacuba. Los hijos de uno de estos comerciantes habían sido sus condiscípulos en la Escuela Nacional Preparatoria y ahora eran activos proveedores de su antiguo compañero de escuela. Por otra parte continuaba impartiendo clases a los alumnos del tercer grado. Cuando comenzaban los cursos les indicaba cual era el programa a desarrollar y lo cumplía con puntualidad; aunque no era un maestro autoritario, hacía guardar el orden.
Al igual que en los años anteriores comenzó el primer día de clases del año 1934 hablando a sus alumnos de la cultura Griega. Les hacía notar su influencia en la cultura mexicana y la forma en que el periodo Renacentista tuvo que volver a los clásicos para romper con la escolástica. Causó una profunda huella en su alumno Pedro Ramírez Vázquez quien se mostró muy interesado en el tema. Este declaró en una entrevista:
"No hablaba de Grecia como una sucesión de fechas y héroes si no se refería a la vida cotidiana de las personas"
Pellicer llevaba a su alumnos a visitar inmuebles del centro de la ciudad, principalmente iglesias. Esta práctica le servía de base para contar anécdotas históricas alrededor de obras arquitectónicas. También organizaba excursiones a zonas arqueológicas. Visitaban Tenayuca, en Santa Cecilia Acatitlan, para observar los restos de una pirámide y el templo católico adyacente. En otras ocasiones iban a Teotihuacan y Acolman. Su sobrino Carlos Pellicer López evoca que en las visitas a Tezcutzingo, donde se encuentran los restos del jardín de Nezahulcoyotl, les pedía a su alumnos que hicieran dibujos.
Sus pláticas frecuentemente versaban sobre el vasconcelismo y la huella que había dejado en la cultura mexicana. Solía decir:
"Si los muralistas tenían una personalidad tan imponente, cómo sería Vasconcelos que había podido reunir a su alrededor intelectuales de primera línea."
La forma de impartir los conocimientos de manera integral hacía despertar las inquietudes de sus alumnos. Al joven Pedro Ramírez Vázquez lo condujo a la arquitectura, disciplina que no le atraía al ingresar a la secundaria. Pellicer continuó dando clases durante los siguientes años y algunos de sus alumnos alcanzaron lugares prominentes dentro de la sociedad.
El museográfo
Durante mucho tiempo, Pellicer utiliza su tiempo libre viajando por México y buscando en sus viajes arte prehispánico olvidado. Intentando recuperar lo que se perdió con la conquista recopila figuras e idolillos que inundan el desván y la recámara. De ahí le nace la afición museística.
Finalmente, Pellicer dejó el magisterio para organizar museos. Como museógrafo es según muchos una referencia innovadora. Fue pionero de esta disciplina y su más significativa enseñanza era que:
"Las cosas por sí mismas manejan su propia retórica y su elocuencia es su patrimonio intrínseco."
En 1953 pasa a formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua. Pellicer opinaba de su actividad museográfica lo siguiente:
"...cuando hago un museo y los he hecho siempre solo; todos los errores son míos, y si hay aciertos también son míos. Estoy más cerca de la lógica y el orden a través del tacto moviendo o movilizando objetos, que manejando las palabras. Para mí hombre confundido con la tierra, las palabras son demasiado volátiles: se me escapan de las manos. En la organización de museos es donde me encuentro con menos obstáculos, con mayor posibilidad de ejercer, de establecer el orden".
Desvinculado de su actividad docente y huyendo de los recuerdos de la madre fallecida; inicia con pasión su obra museográfica. Para ello habla con el gobernador de Tabasco con el fin de organizar la reestructuración del Museo de Tabasco. Empieza a trabajar hasta el año siguiente. Trasformar el anticuado museo le lleva todo el año y el siguiente. En ese tiempo organiza doce salas de exhibición. La sala que alberga los códices mayas la dedica a Lord Kingborough, que muere en prisión y en la miseria, por los compromisos contraídos para publicar en Inglaterra códices indígenas mexicanos. Proyecta también un auditorio, una oficina, una biblioteca y una sala de exhibiciones temporales. Para poder realizar este proyecto tuvo que viajar constantemente a Villahermosa. Al no tener casa colocó en el vano de la escalera del propio museo una cama y una caja de madera que hacia las veces de guardarropa. El vano de la escalera era preservado de la mirada de los visitantes al museo por un biombo de madera. Su espíritu franciscano es parte de la respuesta a la actitud estoica que lo llevaba a aquel rincón. La otra es la estrechez económica que nunca lo abandono.
El 17 de septiembre de 1964 obtiene el Premio Nacional de Literatura. Ese mismo año, su antiguo discípulo, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez inauguraba el Museo Nacional de Antropología e Historia en Ciudad de México. Para su diseño se basó en las indicaciones de Pellicer. Pedro Ramírez Vázquez tuvo la oportunidad de colaborar con su maestro en etapas posteriores del museo regional de Tabasco a orillas del río Grijalva.
En la casa museo Carlos Pellicer hay una reproducción de esta escalera y en el ambiente flota uno de sus versos: "Esta barca sin remos es la mía". Ese mismo año el Dr. Manuel Fierro coordina el Congreso Mundial de Cardiología he invita a su antiguo profesor de historia a escribir unas líneas acerca del significado del corazón en la cosmovisión prehispánica. Su disertación aparece publicada en el diario del congreso y es profundamente pellicereana.
Los últimos años
Siguió manteniendo amistad con sus ex-alumnos durante toda su vida. En 1972 viaja junto a su discípulo, médico de cabecera y amigo, el doctor Fierro, a la península de Baja California con un grupo de médicos destacados, entre ellos el alergólogo Mario Salazar Mallén e invitados especiales de otras disciplinas. Pellicer impartió conferencias de Historia de México en general y Miguel León Portilla de la historia de la Baja California. En ese viaje sufrieron una avería y quedaron frente al paisaje del desierto, cerca un bosque de cactáceas y piedras milenarias. Pellicer aprovechó para hacer los apuntes que luego se convertirían en su poema Dulce canto del desierto.
En 1976 fue elegido senador de la República por el PCM.
Carlos Pellicer Cámara falleció a la edad de 80 años en la ciudad de México y sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres. Durante el primer informe de gobierno del Presidente Fox, la senadora Beatriz Paredes citó al poeta durante su alocución.
Características poéticas
Como poeta, perteneció a una generación de intelectuales mexicanos que adoptaron el nombre de Los contemporáneos. Corresponde a éstos haber aportado, desde Latinoamérica, un estilo literario de vanguardia. Este hecho adquiere mayor importancia si se tiene en cuenta que México ha adoptado con facilidad influencias extranjeras. En ese sentido, Pellicer no fue sólo un gran poeta, también fue un innovador.
La modernidad del Siglo XX, que en México fue especialmente notoria hacen que Pellicer busque esta modernidad en la poesía.
Carlos Pellicer es el primer poeta realmente moderno que se da en México. No se rebela contra el Modernismo: lo incorpora a la vanguardia, toma de ésta y otras corrientes aquello útil para decir lo que quiere decir. Cuando muchos de los Contemporáneos exploraban los desiertos de la conciencia, Pellicer redescubre la belleza del mundo. Sus palabras quieren reordenar la creación. Y en ese trópico entrañable los elementos se concilian: la tierra, el aire, el agua, el fuego le permiten mirar "en carne viva la belleza de Dios". Pellicer ve el mundo con otros ojos y al hacerlo modifica la poesía mexicana. Su obra, toda una poesía con su pluralidad de géneros, se resuelve en una luminosa metáfora, en una interminable alabanza del mundo: Pellicer es el mismo de principio a fin.
En “una interminable alabanza del mundo” resuelve Octavio Paz la escritura poética de Carlos Pellicer, lo cual es innegable, mas resulta prudente aclarar que tal interminable alabanza del mundo es ante todo “un acto de invocación” donde Pellicer profundamente agradecido “canta la alegría de vivir gracias a su fe en Cristo.” Y es que “El poeta, más que nadie, a través de la palabra y más aún del poema, se ha sentido ligado espiritualmente a lo sagrado, a lo divino, de suerte que el poema religioso se convierte en auténtico puente entre el poeta y Dios.” Lo cual confirma y, al hacerlo, recupera íntegramente el sentido original de todo acto religioso: religar . Carlos Pellicer (cristiano católico, Carlos Pellicer poeta del trópico, Carlos Pellicer impresionista, Carlos Pellicer vasconcelista, Carlos Pellicer homosexual, Carlos Pellicer modernista, Carlos Pellicer Contemporáneo, Carlos Pellicer hijo de Deifilia Cámara, que quiere decir, en voz del poeta: hija de Dios, flor de toda verdad ) lo sabía.
Obras
• 1921: Colores en el mar y otros poemas
• 1924:
o Piedra de sacrificios
o Seis, siete poemas
o Oda de junio
• 1927: Hora y 20
• 1929: Camino
• 1931: Cinco Poemas
• 1933: Esquemas para una oda tropical
• 1934: Estrofas al mar marino
• 1937: Hora de junio (1929-1936)
• 1940: Ara virginum
• 1941:
o Recinto y otras imágenes
o Exágonos
• 1946: Discurso por las flores
• 1949: Subordinaciones
• 1950: Sonetos
• 1956: Práctica de vuelo
• 1961: El trato con escritores (colectivo)
• 1962:
o Material poético 1918-1961
o Dos poemas
o Con palabras y fuego (Ed. Tezontle, Fondo de Cultura Económica; retrato frontispicial por Alfonso Ayala)
• 1965: Teotihuacan y 13 de agosto: ruina de Tenochtitlán
• 1966: Bolívar, ensayo de biografía popular
• 1972: Noticias sobre Nezahualcóyotl y algunos sentimientos
• 1976: Cuerdas, percusión y alientos
Obras póstumas
• 1978:
o Reincidencias
o Cosillas para el nacimiento
• 1981: Edición de su Obra Poética a cargo de Luis Mario Schneider
• 1985: Cartas desde Italia
• 1987: Cuaderno de viaje
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