9 Μαΐου 2011

ΗΡΑΚΛΗΣ ΚΑΙ ΑΒΔΗΡΟΣ


Como octavo trabajo Euristeo ordenó a Heracles traer a Micenas las yeguas del tracio Diomedes. Éste, hijo de Ares y Cirene, era rey de los bístones, pueblo de Tracia muy belicoso, y tenía unas yeguas devoradoras de hombres. Heracles se hizo a la mar con los que quisieron seguirle y, tras superar a los que estaban a cargo de los establos, condujo las yeguas hacia el mar. Cuando los bístones armados acudieron a rescatarlas, confió las yeguas para que las guardase a Abdero; era éste hijo de Hemes, locrio natural de Opunte, amado de Heracles, a quien las yeguas aniquilaron arrastrándolo. Luego se enfrentó a los bístones, dio muerte a Diomedes y obligó a los demás a emprender la huida; fundó la ciudad de Abdera junto a la tumba del malogrado Abdero, llevó las yeguas a presencia de Euristeo y se las entregó. Pero Euristeo las soltó y ellas se dirigieron al monte llamado Olimpo y allí permanecieron a manos de las fieras.

Apolodoro: Biblioteca mitológica (Alianza Editorial, 1993)
Trad.: Julia García Moreno

Gustave Moreau

1 σχόλιο:

Javier είπε...

Aquí comentar se hace difícil, porque este es más bien un blog para admirar.

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