30 Ιουνίου 2011

ΕΡΩΤΕΥΜΕΝΟΙ ΘΕΟΙ 2- ΔΙΟΝΥΣΟΣ


DIOSES ENAMORADOS 2- DIONISO

El primer y gran Amor del dios fue Ampelo... Era un joven hijo de un sátiro y una ninfa.
Una versión dice que Dioniso le regaló una vid que, colgada de un olmo, estaba cargada de uvas. Tratando de tomar un racimo, Ampelo se mató y el dios lo envió al cielo como la estrella Vendimidador (en la constelación de Virgo).
Pero hay otra versión mucho más bella, la da Norberto Calasso en “Las Bodas de Cadmo y Harmonía”, tomada de Nono:
Nos cuenta que Ampelo fue un bello joven a quien amo el dios más que a nadie. Solo con él compartía los juegos y la lucha; Dioniso, siempre lo dejaba vencer. Ampelo aprendía del dios, a vestir y a tratar familiarmente a las fieras. El dios le previno, “solo cuídate de los cuernos del toro”.
Dicen que Ampelo, solía tocar la flauta y lo hacia pésimamente, pero Dioniso lo alentaba porque, en tanto Ampelo tocaba, él se deleitaba mirándolo.
Pero la advertencia del dios le resultaba incomprensible. Un día encontró un toro sediento entre las rocas, el animal bebió y se dirigió hacia el joven. Ampelo, le acarició los cuernos y decidió montarlo... Desde arriba Selene lo veía todo y, celosa, vaya a saber por qué, le envió un tábano. El toro entonces comenzó a galopar, Ampelo ya no podía controlarlo. En la última sacudida el joven cayó al suelo. Se escuchó el ruido del cuello al romperse... el toro lo arrastró por un cuerno que se hundía en la carne. Dioniso lo descubrió ensangrentado, en el polvo. Los sátiros comenzaron los lamentos; Dioniso era un dios, no podía llorar y por ser inmortal no podía seguir a Ampelo al Hades. Dioniso lloraba por Ampelo, esto cambiaba su naturaleza y la naturaleza del mundo.
En ese momento, dicen, Las Horas se apresuraron a leer las tablas de Harmonía, donde estaban tallados los acontecimientos del mundo. Las Horas contemplaban la cuarta tabla... se veía a Ganímedes con una copa en la mano: Ampelo sé convertiría en vid.” Aquel que había aportado el llanto al dios que no llora aportaría también delicia al mundo. Entonces Dioniso se recuperó.”
La uva nació del bello cuerpo de Ampelo.” Ningún otro dios, ni siquiera Atenea con su sobrio olivo, tampoco Deméter con su pan tonificante, tenían en su poder algo que se aproximara a aquel licor. Era lo que justamente le faltaba a la vida, lo que la vida estaba esperando: la ebriedad.” (larevelacion.com)


Una historia más conocida es la de su descenso al Hades para rescatar a su madre Sémele, a la que ubicó entre las estrellas. Dioniso hizo el descenso desde un pozo del que se decía que no tenía fondo, ubicado en la costa de la Argólide, cerca del yacimiento prehistórico de Lerna (Plutarco, mor. 565 f-566a, Pausanias II 31, 2). Fue guiado por Prosimno o Polimno, quien pidió como recompensa ser su amante. Prosimno murió antes de que Dioniso pudiese acceder a esta petición, así que al satisfacer a su fantasma, Dioniso fabricó un falo con una rama de olivo y lo clavó en la tumba de Prosimno. Esta historia se narra completa sólo en fuentes cristianas (cuya intención era desacreditar la mitología pagana y, por ello, pueden no ser de confianza). Parece haber servido como explicación de los objetos secretos que eran revelados en los misterios dionisíacos (es.wikipedia.org)
"Quienes escribieron la Argólica explicaron que, cuando Líber, gracias a su padre, consiguió llevarse a su madre de los infiernos, mientras buscaba el modo de bajar, llegó al territorio de los argivos, ante la presencia de un tal Polihimno, un hombre digno de su época, que le mostró a Líber el camino de bajada tal y como había solicitado. Cuando vio que este joven sobresalía por encima del resto por su extraordinaria belleza corporal, le pidió que le diera como recompensa lo que pudiera sin ningún inconveniente. Como Líber estaba deseoso de encontrar a su madre, juró que, si lograba llevársela, haría lo que quisiera, en la medida en que un dios puede jurar a un hombre sin vergüenza; a cambio de esto, Polihimno le mostró la bajada."
Higinio: Astronomía (Akal, 2008)
traducción de Guadalupe Morcillo Expósito
"Sin embargo, ya son una vergüenza mundial los certámenes y los falos, que se realizan en honor de Dioniso, porque se han extendido de mala manera a toda la vida.
Dioniso, en efecto, anhelaba bajar hasta el Hades, pero ignoraba el camino. Un tal Prosimno prometió decírselo, pero no sin recompensa, recompensa que no era hermosa, aunque sí para el dios. La paga que se le pedía era el favor del amor. La petición le fue agradable al dios y le prometió concedérsela si regresaba. Confirmó su promesa con juramento.
Una vez informado, se alejó. Regresó de nuevo, pero no encontró a Prosimno (pues había muerto). Dioniso ofrece sacrificios expiatorios al amante y se lanza a la tumba lleno de lujuria. Corta una rama de higuera al azar y, dándole forma del miembro viril, se une a ella, para cumplir la promesa con el muerto."

Clemente de Alejandría: Protréptico
traducción de María Consolación Isart Hernández
(enbuscadeeros.blogspot.com)

15 Ιουνίου 2011

ΕΡΩΤΕΥΜΕΝΟΙ ΘΕΟΙ 1- ΑΠΟΛΛΩΝ



DIOSES ENAMORADOS 1- APOLO
Apolo demostró no tener fortuna ni con las mujeres ni cuando dirigió sus sentimientos hacia los hombres. El más celebrado de ellos fue Jacinto de Amiclas, cerca de Esparta. Aparece por primera vez como figura literaria en un fragmento mal conservado del Catálogo atribuido a Hesíodo como hijo de Amiclas, un antiguo rey de Esparta, epónimo de la ciudad del mismo nombre. Dado que se menciona un disco al final del fragmento, puede inferirse que Apolo lo mató de forma accidental, como ocurre en la tradición posterior más común- Eurípides alude a dicha historia en su Helena, y dice que los espartanos llevaban a cabo ritos nocturnos en honor a Jacinto, al que mató Apolo con un disco cuando competían. Según Ovidio, cuando Jacinto iba a coger el disco para lanzarlo, éste rebotó y lo mató. En una versión más elaborada, Céfiro (el viento del este; o también Boreas, el viento del norte) competía con Apolo por el amor de Jacinto, y estaba tan celoso de que el joven preferiría a Apolo que hizo que el disco del dios se desviara mientras ambos entrenaban. Sin embargo esto pertenece a una versión secundaria, sugerida por un relato en el que el disco de Apolo fue apartado de su trayectoria por un golpe de viento (al igual que se dice a veces de Perseo, cuando mató a su abuelo de una manera semejante. Para explicar el origen del Jacinto, se creó un mito de transformación en el que una flor rija marcada con las letras AI AI (que significa ¡Ay, ay!) surgió de la sangre de Jacinto (o de sus cenizas), y desde entonces lleva su nombre. Evidentemente, se trataba de una planta diferente del moderno Jacinto, que, por lo que parece, tenía forma de iris. El nombre de Jacinto (Hyakinthos) tiene un componente –nth- no indoeuropeo. Fue una divinidad prehelénica especialmente venerada en Amiclas y dio su nombre a la antigua fiesta doria de la Jacintias. Se discute si su mito principal pretendía dar cuenta de su subordinación al culto de Apolo. Pausanias visitó su tumba en Amiclas y relata que el trono de Amiclas lo representaba como un hombre de barba, no como un joven hermosos.


La historia de Cipariso tiene lugar en la isla De Ceos, al menos en su versión más conocida escrita por Ovidio. Cipariso era un joven, favorito de Apolo, que se convirtió en ciprés. En aquel tiempo, un venado domesticado vivía en la isla, un animal espléndido que estaba consagrado a las ninfas y que no conocía el miedo. Aunque era amistoso con todos, Cipariso estaña espacialmente encariñado por él y solía llevarlo a nuevos pastos y manatiales frescos. Envolvía sus cuernos con guirnaldas e incluso montaba en su grupa y lo quiaba con riendas color escarlata. In día, sin embargo, mientras descansaba bajo la sombra de unos árboles en el calor del mediodía, Cipariso disparó su lanza de caza en esa dirección y lo mató accidentalmente. Desesperado, decidió unirse a él en la muerte, a pesar de que Apolo le instó a que mostrara cierto sentido de la proporción. Mientras se consumía de dolor pidió a los dioses que le permitieran lamentarse eternamente y fue transformado en un ciprés, el árbol asociado con los lamentos y los cementerios. En otra versión, Cipariso era un joven cretense que huyó de su hogar para escapar del acoso de Apolo (o Céfiro) y fue transformado en un ciprés en el monte Casión de Siria. Esta versión de la historia, que posiblemente tenía un origen helenístico, parece haber sido conformada a partir de la famosa leyenda de Apolo y Dafne, que en otra narración también se sitúa en Siria.

Robin Hard: El gran libro de la Mitología Griega (La esferas de los libros, 2008)

Alexander Kiselev, La muerte de Jacinto
Giovanni Battista Tipepolo, La muerte de Jacinto – Merry-Josef Blondel, La muerte de Jacinto
Alexander Andreyevich Ivanov, Apolo, Jacinto y Cipariso
Giulio Romano, Apolo e Ciparisso
Domenichino, Ciparisso
Jacopo Vignali, Ciparisso


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