20 Σεπτεμβρίου 2012

Η ΓΥΝΑΙΚΕΙΑ ΟΜΟΦΥΛΟΦΙΛΙΑ ΣΤΗΝ ΑΡΧΑΙΑ ΕΛΛΑΔΑ 2

s. VII a.C., Museo Arqueológico de Thera, Grecia

Pero el amor entre mujeres no fue un fenómeno exclusivo de la isla de Lesbos: diversos testimonios nos informan de que, al menos durante la época arcaica, era admitido también en comunidades espartanas más o menos afines a las lesbias. En efecto, al final de una amplia digresión sobre la homosexualidad masculina en Esparta, Plutarco dice que «tan bien considerado estaba el amor entre ellos que hasta las mujeres distinguidas y respetables amaban a las muchachas». Y en el Banquete de los sofistas de Ateneo de Náucratis, dentro de una larga disertación sobre la homosexualidad, hallamos la afirmación de que «entre los espartanos (…) es costumbre unirse a las muchachas antes de sus bodas como se hace con los muchachos». Es cierto que esta frase de Ateneo es un tanto ambigua, pero, con Calame, no creo que se deba ver en ella, como quieren algunos autores, una alusión a relaciones anales con muchachas vírgenes, «como se hace con los muchachos» (ως παιδικοίς) entre otras razones porque en la relación pederástica, como demuestran bastantes representantes iconográficas, lo normal era el coito intercrural, no el anal. En mi opinión, la afirmación de Ateneo cobra pleno sentido a la luz del pasaje plutarqueo anteriormente citado, y así ambos testimonios han sido aducidos por la mayoría de los investigadores para probar que, como contrapartida de la pederastia masculina en Esparta, también en la iniciación femenina se daba una relación homosexual. En este sentido se pronunciaba, ya en el siglo II d.C., el sofista Máximo de Tiro, quien comparaba la pedagogía erótica de Safo con la de Sócrates:
«Qué es el amor de la lesbia sino el arte amorosa de Sócrates? Mi impresión es que ambos tienen la misma idea del afecto, aquella el de las mujeres, y éste, el de los hombres. Asó, lo que Alcibíades, Cármides y Fedro eran para Sócrates, eran para la lesbia Girina, Atis y Anactoria: y lo que para Sócrates eran rivales como Pródigo, Gorgias, Trasímaco y Protágoras, fueron para Safo Gorgo y Andromeda».
Parece claro, por tanto, a la vista de la simetría con la pederastia que se establece en estos testimonios, el carácter propedéutico de la relación entre mujeres adultas y muchachas, correlato de la relación masculina entre εραστής y ερώμενος.

Juan Francisco Martos Montiel: Desde Lesbos con amor: Homosexualidad femenina en la antigüedad (Ediciones clásicas, 1996)

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