5 Δεκεμβρίου 2010

ΚΛΕΙΝΙΑΣ, Ο "ΣΚΛΑΒΟΣ" ΤΟΥ ΕΡΩΤΑ

510, a.C., Museo J. Paul Getty
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Tenía yo un primo, Clinias, un joven huérfano dos años mayor que yo, iniciado en los misterios del amor. Pero estaba enamorado de un muchacho, y hasta tal punto llegaba su pasión por él que, como hubiese comprado un caballo y el mocito lo elogiase al verlo, al punto se lo llevó como regalo. Por mi parte desde luego me burlaba de él continuamente por su dejadez, por dedicar su tiempo a solo sus amoríos y ser esclavo del deleite amoroso. (…)
En el momento mismo en que él hablaba entra Caricles (que era el nombre del muchacho), todo alborotado y exclamando:
-¡Clinias, estoy perdido!
Y Clinias se puso a gemir a la vez que él, como si su alma estuviese pendiente de la de aquél, y con voz temblorosa dijo:
-¡Me matarás si no hablas! ¿Qué es lo que te aflige? ¿Con quién hay que pelear?
Y Caricles contestó:
-Un casamiento, que me prepara mi padre, y un casamiento con una moza fea para que conviva con un doble desastre. Pues cosa dura es ya una mujer, aunque sea guapa. Si tiene la desgracia de ser fea, es doble el infortunio. Pero mi padre se empeña en la boda con los ojos puestos en su riqueza. Soy un desventurado al que cambian por su dinero, y así venderme en matrimonio.
Al oír esto, Clinias se puso lívido. Animó al muchacho a rechazar el matrimonio, mientras estaba pestes de la especie de las mujeres:
-¿Una boda –le decía- es el regalo que ya te hace tu padre? ¿Qué delito has cometido, que hasta te ponen grilletes? ¿No has oído las palabras de Zeus:
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Yo les daré a cambio del fuego una desgracia
con que todos se alegren el alma, adorando su mal.
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Ése es el placer que nos dan las mujeres, y es bien semejante al de la naturaleza de las Sirenas, pues también ellas asesinan con el deleite de su canto. Puedes comprender la gravedad del infortunio incluso por los preparativos mismos de la boda: el zumbido de las flautas, el batir de las puertas, el trasiego de las antorchas. A la vista de tamaño tumulto cabrá decir: infeliz el que vaya a casarse; a una guerra me parece que lo mandan. Aun si fueses lego en el campo de las Musa, no sabrías de los actos de las mujeres. Pero a otros les podrías contar con cuántos temas han llenado las mujeres dos escenarios: el collar de Erifila, la mesa de Filomela, la calumnia de Estenebea, el hurto de Aérope, el crimen de Procne. Agamenón desea la belleza de Criseida: provoca una plaga sobre los griegos; Aquiles desea la belleza de Briseida: se acarrea un pesar sobre sí mismo; tiene Candaules una guapa esposa: la esposa asesina a Candaules. Pues el fuego de las bodas de Helena prendió otro fuego para ruina de Troya. Y el desposorio con Penélope, la virtuosa, ¿a cuántos pretendientes perdió? Mató a Hipólito Fedra, por amor, pero a Agamenón, por no amarlo, Clitemnestra. ¡Mujeres, para todo osadas!: asesinan, si aman, asesinan si no aman. Debía ser asesinado Agamenón, el hermoso de hermosura celestial, ´de ojos y cabeza parejo de Zeus que en el rayo se deleita´. Y fue esa cabeza la que cortó, ¡oh Zeus!, una mujer. Y esto puede decirse de mujeres bellas, en cuyo caso precisamente la desgracia no llega al colmo, pues la belleza supone un cierto consuelo en los infortunios, y tal cosa es una bendición en medio de una suerte aciaga. Pero si ni siquiera es guapa, según dices, la desgracia se duplica. Y ¿cómo se podría sobrellevar, y además siendo tú un muchacho tan apuesto? ¡No, por los dioses, Caricles!, no te dejes aún esclavizar ni arruines la flor de tu mocedad antes de tiempo. Ya que, junto a lo demás, también el matrimonio supone este infortunio: que agosta la lozanía. ¡No!, te lo ruego, Caricles, no te me dejes marchitar. No le permitas a un fachoso campesino segar rosa tan linda.
Y Caricles replicó:
-Eso correrá a cargo de los dioses y de mí. Pues, además, hasta la fecha fijada para la boda queda un plazo de unos días y son muchas las cosas que pueden ocurrir incluso en una sola noche. Tendremos tiempo para pensarlo. Por el momento voy a montar a caballo, ya, que, desde que me regalaste ese precioso corcel, no he disfrutado aún de tu regalo. El ejercicio aliviará las penas de mi alma.

Aquiles Tacio: Leucipa y Clitofonte (Gredos, 1982)
Traducción: Máximo Brioso Sánchez y Emilio Crespo Güemes

2 σχόλια:

Ανώνυμος είπε...

Aquiles Tacio
Vida: Nacido en Alejandría en la mitad del s. II / III. Es conocido por su novela erótica Leucipa y Clitofonte, compuesta bajo la influencia retórica de la Segunda Sofística, hacia finales del siglo II.

Etilo: Conoce y usa las convenciones del género con ironía y realismo.
Aburguesa a los protagonistas, y añade descripciones de animales, estatuas, cuadros, relatos míticos, anécdotas, etc. con aspecto “barroco”.
Esas ekphráseis (historietas) intercaladas eran, seguramente, muy del gusto de la época.

Obra: Leucipa y Clitofonte es la más importante; es una novela amorosa de aventuras con un final feliz que comienza en el santuario de Artemisa en Éfeso, en la que donde se demuestra la virginidad de Lucipa, por la que su padre, Sóstrato, accede a su boda con Clitofonte. Se concluye con la boda de Calístenes con Calígona, mediohermana de Clitofonte

tati-vk-asuncion.blogspot.com

senses and nonsenses είπε...

qué poco cambian algunas cosas con los siglos.

un abrazo.

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